Asumir la poderosa influencia de tus padres sobre tu vida adulta, te permitirá entender y resolver los problemas que ahora te aquejan y renunciar a repetir los mismos patrones.
ÉRIKA RIVERO ALMAZÁN / Editora de Más Sana
Un libro de cabecera para los padres debería ser Padres tóxicos, de Susana Forward, en el que la autora explica que un niño que fue golpeado, dejado solo demasiado tiempo, abusado sexualmente, tratado como tonto, sobreprotegido o abrumado con sentimientos de culpa, tuvo unos padres tóxicos y la consecuencia de ello es una disminución de su autoestima que los empuja a un comportamiento autodestructivo por sentirse indigno, no querido e inadecuado. Si respondes SÍ a un tercio de las siguientes preguntas de Forward caerás en esta categoría y tenderás a repetir la conducta de tus padres:
Cuando eras niño
- Tus padres te repetían que eras malo e inútil.
- Te decían palabras insultantes.
- Siempre te criticaban.
- Se valían del dolor físico para disciplinarte, pegándote con algún objeto.
- Estallaban contra ti con una cólera desproporcionada, sobrios o bajo el influjo de alcohol o drogas, lo que te hacía sentir confundido, asustado, dolido y avergonzado.
- Era normal ver a tus padres deprimidos, ausentes e inaccesibles.
- Te pedían regularmente guardar secretos que te hacían sentir mal.
- Nunca les decías lo mal que te sentías y preferiste callar tus necesidades y sentimientos.
- Llegaste al punto de volverte cuidador de tus padres ante su debilidad o sus problemas.
- Miedo era el primer sentimiento ante ellos.
En tu vida adulta
- Mantienes relaciones destructivas o de maltrato.
- Crees que si te acercas afectivamente a alguien terminará por herirte o abandonarte.
- Esperas lo peor de gente y de la vida.
- Se te hace difícil saber qué quieres y sientes.
- Temes que si la gente supiera cómo eres realmente no te querría.
- Cuando triunfas, en el fondo, crees que eres un fraude.
- Te enojas o entristeces sin razón aparente.
- Eres perfeccionista.
- Te cuesta trabajo divertirte o relajarte.
- Muy a tu pesar, te descubres conduciéndote igual que tus papás.
Categorías:s, Sin categoría