Papá: tu vives en mí, cada una de las células de mi cuerpo tiene algo de ti y algo de mamá. Si los tengo a los dos estoy completo.
VIOLETA RAMÍREZ / Tarotista, tetha healer y terapista floral
Cada vez se espera más de la labor de los padres en la crianza de los hijos, que participen activamente en la atención y el cuidado físico y emocional, para que su presencia no se limite sólo a la manutención.
Socialmente tenemos la creencia de que sólo si papá se involucra tanto como mamá, el hijo tendrá lo mejor y todo lo que necesita, pero debemos admitir que esa idea es utópica y está fuera de realidad.
La realidad es que a la naturaleza masculina le es más complicado, aunque no imposible o negado, la vinculación emocional, y su manera de cuidar a la familia es a través de proveer.

Es así como traducimos el papel de papá en nuestras vidas: él representa la seguridad con la que me desenvuelvo en el entorno, mi capacidad de solución de problemas y la manera en la que percibo la realidad.
Pero… ¿qué pasa cuando la imagen que yo tengo de mi padre es muy débil, pequeña o incluso nula?
El primer vínculo, y por lo tanto nuestras primeras lealtades, es con mamá; por lo tanto, yo veo a mi padre a través de los ojos de mi madre, yo construyo durante mis primeros años de infancia la imagen de él a través de las etiquetas con que lo describe, enalteciéndolo o nulificándolo.

Pero cuando soy adulto, puedo decidir qué tipo de relación quiero tener con él, construirla y quitarle todas esas etiquetas, prejuicios y expectativas que me impiden acercarme y vincularme.
Esto puede suceder sin importar si él está presente físicamente en mi vida o no, ya que la percepción que yo tengo de mi padre está bien dentro de mí, pues él habita en mi corazón y mis pensamientos.
Cómo mejorar la relación con mi papá
- Ve a tu papá a través de tus propios ojos. Lejos de juicios e historias, quita las etiquetas de grandeza o mediocridad y observa que es un ser humano que, como tú, tomó las decisiones que creyó adecuadas en cada momento de su vida.
- Separa tu historia como hijo de la historia de pareja de tus padres. Cada pareja es distinta, cada familia es distinta y este punto puede ser muy complejo, por lo que te recomendaría hacerlo a través de un proceso terapéutico
. - Renuncia a un papá de comercial. Son muy pocas las personas que cuentan haber tenido un papá increíble, de campamento, pesca, viajes, permisos, juegos y complicidad, porque a la naturaleza masculina le es más complejo establecer vínculos emocionales. Y no es un pecado trabajar para mantener, como tampoco lo es llegar sólo a regañar o poner orden.
- Renuncia a santificar a alguno de tus padres por encima del otro. Esto no es una competencia de saber quién lo hizo “mejor” que el otro; se trata de que tú puedas tener una buena relación con ambos, y para ello tienes que verlos por igual.
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