Cambio climático, el dolor de la Tierra
La contaminación, la depredación de los recursos naturales, el abuso de los combustibles fósiles y, en general, la indolencia de la gente siguen poniendo en peligro a nuestro planeta.
Ricardo Natalichio / Ecoportal.net
Uno de los temas a los que aparentemente se le está dando cierta relevancia en la opinión internacional es si aún estamos o no a tiempo de revertir los efectos que nuestras emisiones de gases están causando en el clima del planeta.
Los cambios en el clima del mundo entero se van dando naturalmente de una forma muy paulatina, es decir, tienen que pasar más de cien vidas de un hombre para ver sólo una pequeña variación. Sólo una gigantesca catástrofe natural, como la caída del meteorito que hace 365 millones de años causó la extinción de los dinosaurios, puede ocasionar una modificación súbita y abrupta.
Sin embargo, tanto por los avances tecnológicos como por la forma en la que se fueron desarrollando nuestras sociedades, hemos adquirido la capacidad de acelerar estos procesos, de alterarlos e incluso de superar la extraordinaria capacidad del planeta de absorber esos cambios y encauzarlos, adaptándolos a sus propios tiempos.
La Tierra no ha dejado de mutar desde su inicio, y ha pasado intermitentemente de las más frías eras glaciales, hasta las etapas más calurosas. Sin embargo, estos cambios siempre han sido tan paulatinos que ningún ser vivo podría haber sido capaz de percibirlos.
Así ha sucedido desde hace miles de millones de años, pero hace un par de siglos llegó a nuestras sociedades la Revolución Industrial, ocasionando un crecimiento industrial tan grande y tan veloz que de cruzar el Atlántico en meses o pelear con fusiles y bayonetas, en pocos años pasamos a los vuelos trasatlánticos de un puñado de horas y a hacer la guerra con bombas atómicas y misiles teledirigidos.
Pero todo tiene un costo, y en este caso el ingente consumo de combustibles fósiles, aunado a la destrucción masiva de bosques y selvas, los pulmones naturales de la Tierra, han provocado la acumulación de gases de efecto invernadero en nuestra atmósfera.
Según un estudio de la ONG Save The Children, los desastres derivados del cambio climático, que abarcan desde sequías a lluvias torrenciales, provocarán que en 2010 haya en todo el mundo 50 millones de desplazados por motivos medioambientales, la mayoría de ellos mujeres y niños. Esto sucederá hagamos lo que hagamos de aquí a ese momento.
Pero el ser humano, así como ha sabido cubrir cada espacio del planeta, también ha logrado adaptarse a todos los climas, y es probable que sobreviva a cualquier cambio en el clima que el futuro nos depare. El punto es que tengamos claro que, de las decisiones que tomemos ahora, dependerá la cantidad de personas que sobrevivan y las condiciones
climatológicas en las que ellos deberán existir.
¿Pensaremos individualmente, tratando de disfrutar de nuestra vida lo más que podamos, al coste de sobreutilizar y malgastar recursos naturales, o aprenderemos a pensar como especie, sacrificando parte de nuestro bienestar por el de nuestros descendientes, legándoles un mundo habitable y sano?
¿Qué podemos hacer para salvar al mundo?
Llevar a cabo ciertas acciones nos permitirá darle un respiro a nuestro castigado planeta. Aquí algunas sugerencias:
- Utiliza lo menos posible tu automóvil, y desplázate a pie o en bicicleta cada vez que te sea posible.
- Recicla y reutiliza, y evita comprar cosas con demasiados empaques o componentes contaminantes.
- Reduce la cantidad de energía eléctrica que utilizas, apagando las luces de los lugares en los que no estás.
- Si vas a utilizar papel, procura que sea reciclado, o reutiliza hojas ya impresas escribiendo en su reverso.
- Afina tu auto para que no contamine de más.
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