
Cada elemento tenía una significado. Desde reconocer el recuerdo, sembrarlo con diferentes elementos para que surgiera alguna planta, en sentido de renacer.
Redacción Más Sana
El pasado 8 de marzo, en las marchas por el Día Internacional de la Mujer, la maestra en artes visuales, Khristian Muñoz, instaló en el Zócalo de Puebla la obra «Resiliente», una montaña para sanar recuerdos.
Consistió en una «instalación participativa», una montaña de tierra fértil de 30 metros cúbicos, preparada con hierbas y aceites para crear un simbolismo ancestral.
LA SANACIÓN
En dicho montículo, las personas podían escribir un recuerdo que quisieran sanar: expresarlo, purificarlo o solo hacer una catarsis.
«Se les invitaba a las personas a escribir en un papel su recuerdo, después tenían un momento con esa ‘confesión’, luego se llenaba de semillas y se enterraba, además se le ponía una vela», explicó.
En ese sentido, explicó que cada elemento tenía una significado. Desde reconocer el recuerdo, sembrarlo con diferentes elementos para que surgiera alguna planta, en sentido de renacer.
Al respecto, dijo que esta fue su obra más importante, por las almas que tocó, pues todas las personas con algún dolor pudieron unirse en pro de una catarsis.
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