Muchas personas crecieron con el remordimiento diario a la hora de la comida de pensar en los «niños hambrientos de África»,

Redacción Más Sana

Los sacrificios son parte de la vida cotidiana de las madres; sin embargo, muchos de ellos provocan daños a su salud, y pueden evitarse de manera muy sencilla, por ejemplo, el que no usen su cuerpo como el basurero de sus hijas e hijos.

Durante entrevista en Más Sana Live, la psicóloga de la alimentación y biomagnetista, Lulú Farrera, explicó que las féminas continuamente se terminan la comida que sus vástagos dejan, esto con la idea de evitar desperdicios.

En ese tenor, expuso que cuando las y los menores no se terminan sus alimentos, las madres inmediatamente piensan en que no se desperdicie nada, en «ahorrar» (aunque se debe cuestionar qué se ahorra en realidad).

Ejemplificó que muchas personas crecieron con el remordimiento diario a la hora de la comida de pensar en los «niños hambrientos de África», argumentó que fue utilizado en muchas familias para que no se desperdiciaran los alimentos.

Al respecto, dijo que existen dos sencillos pasos para evitar el desperdicio de comida:

• Servir menores porciones
• Preparar bocados pequeños

Ejemplificó que en muchas ocasiones las mismas madres fomentan que se deje la comida, pues sirven de más; destacó que las y los menores deben comer un cuarto de las raciones de adultos.

Por último, Lulú Farrera pidió concienciar sobre la importancia de evitar que las mujeres usen sus cuerpos como el basurero de sus hijas e hijas, pues, entre otros problemas de salud, el principal es un notorio aumento de peso.

MIRA AQUÍ LA ENTREVISTA COMPLETA: https://www.facebook.com/revistamassana/videos/423758795885764