La terrible situación en Ucrania ha puesto al mundo entero en alerta y el tema no deja de escucharse en todos lados. Revista Más Sana no es un medio político, y por lo tanto no nos corresponde abundar sobre el asunto, pero sí hacer una reflexión muy pertinente sobre la paz, que hoy parece tan lejana aunque siempre será alcanzable si comenzamos por buscarla en nuestro interior.

El mundo está viviendo una nueva guerra, pero desgraciadamente eso no es ninguna novedad. Si algo ha caracterizado a nuestra civilización ha sido la confrontación constante, y sí, podemos hablar de países de largo historial agresivo, de líderes megalómanos que quieren arrasar con su entorno para dominarlo, pero esos lugares están habitados por personas y sus gobernantes también lo son, lo que nos permite concluir que la guerra es, lamentablemente, un fenómeno surgido de la naturaleza humana.

Hoy todos desean la paz, pero… ¿acaso no hacemos la guerra todos los días y en todos los niveles? Peleamos con nuestros clientes y socios o jefes y compañeros de trabajo, con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestras parejas… ¡incluso con nosotros mismos! Y sí, anhelamos vivir en un mundo pacífico, pero paradójicamente emprendemos el día a día como una batalla en la que, de vencer, acabaremos a la vez vencidos, porque cuando destruimos a un rival también acabamos con algo de nuestra humanidad.

La situación actual nos obliga a hacer un alto para mirarnos al espejo y reconocer al guerrero implacable que vive dentro de cada uno de nosotros, como seres humanos que somos. Reconozcamos que es el momento, hoy más que nunca, para hacer un alto y reflexionar sobre nuestra responsabilidad individual en un mundo que no quiere dejar de pelear. Busquemos dentro de nosotros las claves para reconciliarnos, primero con nosotros mismos y después con nuestro entorno. La paz es y siempre ha sido posible, pero debe de comenzar por uno mismo.