El director canadiense Denis Villeneuve lo ha vuelto a hacer: después de sus éxitos de ciencia ficción La llegada (2016) y Blade Runner 2049 (2017), regresa a la pantalla grande con la largamente esperada superproducción Duna, que ha sido bien recibida por los especialistas y el público general.

– ENRIQUE DELFÍN / Analista de cine –

Villeneuve no lo tenía nada fácil, porque adaptar la novela de culto de Frank Herbert sobre la lucha de dos clanes rivales es un imperio galáctico desde siempre fue vista como una tarea casi imposible, dada la complejidad y la extensión del material literario. Eso lo pudo comprobar el legendario director David Lynch, cuando filmó una primera versión en 1984 que fue un rotundo fracaso de taquilla y de crítica y de la cual, hasta la fecha, no quiere ni hablar ni escuchar nada.

Pero el director canadiense ha demostrado que posee una gran calidad artística y un fino olfato comercial para echar adelante superproducciones complicadas en lo artístico y en lo financiero. Lo demostró primero en La llegada, un magnífico filme sobre el contacto de nuestra civilización con otros mundos, y luego en Blade Runner 2049, una satisfactoria secuela de la magistral película de 1982, y con Duna ha logrado echar por tierra los pronósticos más pesimistas.

Las claves del éxito de Duna son varias: se dividió el extenso material literario en dos partes (la segunda se estrenará en 2022), en lo técnico sobresalen una bellísima fotografía y grandes efectos visuales y sonoros, y en el contenido tenemos una historia muy bien contada, con un ritmo sostenido y altas dosis de acción. La cereza en el pastel es un elenco de primera, en el que destacan Timothée Chalamet, Oscar Isaac, Rebeca Ferguson, Jason Momoa, Javier Bardem y Zendaya. En resumen, el visionado de esta película es más que recomendable, y se sugiere hacerlo en pantalla IMAX para disfrutar de toda su espectacularidad.