La coloquial frase «encendió el boiler sin meterse a bañar», puede simplificar la explicación de estos padecimientos.
El malestar de «bolas o testículos azules», se caracteriza por dolor testicular tras haber pasado por un periodo significativo de excitación sin una eyaculación. Medicamente, este padecimiento se denomina hipertensión epididimal que deriva de una vasocongestión temporal en los testículos.
Usualmente, durante una relación sexual el tamaño de los testículos puede aumentar hasta en un 50%, al concluir, los músculos se relajan y vuelven a su tamaño habitual; sin embargo, cuando existe una interrupción en el coito o una severa actividad sexual sin eyaculación, sucede está vasogestión o congestión testicular.
Por otra parte, los «ovarios rosa» o congestión pélvica o vaginal son la contraparte de este padecimiento. No obstante, en el caso de las mujeres estos dolores no sólo son producto del sexo, también pueden desencadenarse por causas físicas como patologías ginecológicas, gastrointestinales y urinarias.
Popularmente, entre los remedios conocidos para estos malestares son un baño de agua fría que ayude a activar la circulación sanguínea o el método de «liberación sexual», es decir, llegar al orgasmo, ya sea a través de la masturbación o el sexo.
Dependiendo cual sea el caso, lo más recomendable es que se acuds con un médico o especialista.
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