Otro desafío del COVID-19: cambiar nuestros patrones de consumo

Según un estudio global de Nielsen Global Intelligence, el 49% de los consumidores dijeron estar muy dispuestos a cambiar precio por beneficio en los productos que consumen; es decir, pagar más por aquellos productos con garantía de alta calidad y estándares de seguridad verificables.

RAFAEL FLORES / Subdirector General & Marketing de TROZMER Centro Universitario / @raffaello7

Esto da inicio a un nuevo desafío, el de concientizar a nivel mundial la forma de consumir. Aunque pareciera que estamos en un momento crítico que nos mantiene estáticos, los mercados internacionales están más acelerados que nunca, decidiendo medidas de acción, creando propuestas de productos y servicios que nos hagan sentir más seguros; además de estar replanteando los valores de consumo, pues no es mentira que desde el 2017 la ansiedad es una preocupación cultural que provoca en los consumidores poner atención en su bienestar y salud. Las finanzas personales y a nivel internacional serán otro tema a cuidar por la incertidumbre, donde las compras estarán definidas con base en obtener el mejor producto a un precio razonable.

Las empresas deberán ocuparse por crear campañas reforzando la sensación de seguridad, promoviendo la calma al dar mensajes de esperanza y oportunidad, sin olvidar que la trasparencia de estos será la clave. Los espacios públicos deberán transmitir un aire hogareño, y las grandes empresas tendrán que ir respondiendo a las crisis, como es el caso del grupo francés LVMH quien cedió tres de sus fabricas de perfumería y cosméticos para producir gel hidroalcohólico para su distribución gratuita en hospitales que luchan contra el brote de coronavirus, siendo estos actos de generosidad los que serán premiados con la fidelidad del cliente a la marca.

Sin duda, la pandemia por CODIV-19 está afectando desde al retail, comida, cadenas de suministro hasta la educación, siendo esta la oportunidad para entrar en acción  cada uno de nosotros. Después de la crisis tendremos que enfrentarnos a nuevas expectativas ya que nos dejara el significado que tiene vivir localmente, y por supuesto, la disminución de la actividad industrial que ha disminuido la contaminación en el aire, que ha dado como resultado el respiro que necesitaba el mundo y nosotros mismos.

Ante la crisis, la situación nos regala el momento de activar el amor a la lectura, cambiar nuestro estilo de vida sedentario por una rutina de ejercicio desde casa, nos invita a comer sano, aumentar la educación emocional y resiliencia para volvernos genuinamente humanos. El pronóstico de tendencias se adelanta, y nos encamina a la empatía, la responsabilidad social y a no solo exigir, sino a ver la otra cara de la moneda siendo más responsables y positivos para elevar nuestro sistema inmune y así, trabajar en ser la mejor versión de nosotros mismos.

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