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Redacción Más Sana
Factores como el sufrir una enfermedad grave, experimentar un accidente, haber sido víctima de algún tipo de abuso en cierta etapa de nuestra vida, puede llegar a ser un reto para la resiliencia biológica y psicológica de las personas.
La resiliencia desde el aspecto psicológico, es un proceso que engloba la cabida de tomar ventaja de los recursos externos e internos con la finalidad de sobreponerse a las situaciones estresantes y adversas, consiguiendo un mejoramiento no solo en la vida propia, sino también en el entorno de la persona.
De acuerdo con la UNAM, el 60% de la población tiene la capacidad de articular por si misma sus niveles de dolor y estrés; mientras que en otros casos es necesario el sustento psicológico que proporciona actitudes resilientes para desarrollar a lo largo de la vida.
Asimismo, el apoyo social con amigos y familiares además de la confianza mutua permiten un mejor manejo del dolor y estrés. Esto se ha comprobado en diversos estudios, ya que es una buena forma para reducir los niveles de estrés, nos podemos dar cuenta de esto a través del corazón y nuestra respiración, que deberán llevar un ritmo más adecuado.
La solidaridad ayuda a que duelo de las personas sea más corto en comparación con personas que no cuentan con este apoyo.
El ser resiliente llega a implicar una liberación del estrés al cuerpo.
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