Frank Estéfano Cepeda / CIRUJANO PLÁSTICO RECONSTRUCTIVO
Las cicatrices abdominales que resultan de cirugías como la cesárea o la extirpación de vesícula o bazo pueden tener un impacto significativo en el resultado final de una abdominoplastia y otros procedimientos de moldeamiento abdominal, como la lipoaspiración. Por lo tanto, deben ser tomadas en cuenta durante la evaluación y planificación de éstas, siendo la seguridad e integridad de la piel el punto principal.
Las cicatrices que cruzan transversalmente el abdomen y que no pueden ser eliminadas por su ubicación alta (como las resultantes de la extracción de vesícula y bazo), requieren una alteración en el diseño de la cirugía. Una alternativa muy eficaz es la mini abdominoplastia —que no implica un gran levantamiento de piel– complementada con una lipoescultura para corregir la laxitud y redundancia de piel, así como la cantidad de grasa. Sin embargo, la paciente debe cumplir con varios requisitos: dejar de fumar por lo menos de 4 a 6 semanas, consumir multivitamínicos, suspender el uso de aspirina o anticoagulantes, abstenerse de suplementos dietéticos no aprobados por el cirujano, realizarse exámenes de sangre muy prolijos, usar una faja antes y después de la intervención, someterse a una fisioterapia respiratoria adecuada, mantener una posición parcialmente flexionada entre 12 y 15 días, hacer una dieta hipocalórica e hiperproteica con líquidos abundantes y evitar actividad física rigurosa de 4 a 6 semanas.
Siguiendo estas medidas y acudiendo con un cirujano plástico certificado, los procedimientos de moldeamiento abdominal se pueden realizar de forma segura y con excelentes resultados.
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