JESÚS RODRÍGUEZ / Medicina Antienvejecimiento y Regenerativa
Nuestro organismo envejece a medida que nuestras células se dividen. Los telómeros, extremos de los cromosomas, son como las fundas de plástico del extremo de los cordones de los zapatos, que impiden que estos se deshilachen, aunque se van acortando poco a poco a lo largo de la vida.
El problema celular se produce cuando el acortamiento de los telómeros es tal que durante el proceso replicativo no pueden preservar el ADN de los cromosomas, produciendo la inconsistencia del material genético.
Estudios científicos demuestran que dicha inconsistencia es la causante del envejecimiento y de la aparición de enfermedades relacionadas con la edad: patologías cardiovasculares, neurodegenerativas, infecciosas, algunos tipos de cáncer, diabetes e infertilidad.
Sin embargo, en el organismo se encuentra la telomerasa, una enzima que permite la regeneración de los telómeros y, por tanto, mantiene la capacidad replicativa de las células. Algunos estudios apuntan a la posibilidad de que la activación de la telomerasa en el organismo puede producir un alargamiento de los telómeros y, en consecuencia, llegar a aminorar o revertir el proceso de envejecimiento.
Las células madre son las guardianas de casi toda la telomerasa, pero con el tiempo la producción de esta rejuvenecedora enzima disminuye, aumentando la velocidad del deterioro celular.
Los malos hábitos impactan directamente la longitud de los telómeros: fumar, consumir bebidas azucaradas, tener la insulina elevada, sedentarismo, falta de sueño, estrés, exposición a la contaminación, etc.
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