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¿Trabajas para vivir o vives para trabajar?

Comienza a diseñar tu vida a través de la correcta aplicación de tus pensamientos y sentimientos

Yamel Huerta, Metafísica y Dir. Centro Verde Luz

El estrés se ha convertido en poco tiempo en la enfermedad del siglo XXI: vivimos en un mundo de prisa, la gente corre de un lado a otro tratando de tener 23 horas para trabajar, medio comiendo, medio durmiendo, medio prestándose atención y por lo general reservamos poco tiempo para tomarnos un café con amigos, ir al cine, observar una puesta de sol, jugar con nuestros hijos, porque estamos ocupados trabajando, y cuando no lo estamos, preferimos descansar y dormir.

Observamos cada día que el umbral de la tolerancia es menor, los padecimientos como gastritis por la mala alimentación, la colitis por el estrés, hipertensión y diabetes son ya comunes, tanto como la angustia por pagar cerros de deudas de un nivel de vida que ni siquiera podemos disfrutar.

La frase dice: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, pero no menciona que con tu sufrimiento, enfermedad o estrés. Esto está ocurriendo porque desconocemos que  tenemos un patrón y un diseño divino, que al decretarlo se va a manifestar, siempre que tu libre albedrío lo permita.

Comienza a diseñar tu vida a través de la correcta aplicación de tus pensamientos y sentimientos: escribe en un papel y en orden de importancia el tipo de trabajo que te gustaría tener, comienza agradeciendo a la divinidad sea la que sean, en la que tú creas, llámale universo si así lo prefieres.

“Gracias Padre porque a partir de ahora tengo un trabajo donde puedo cumplir con mi plan divino de perfección, donde gano lo suficiente para llevar una vida cómoda, armónica y feliz, en un ambiente laborar sano, donde se valoran y reconocen mis capacidades, con el perfecto horario, en la perfecta zona.

“Gracias Padre porque así es”.

Te invito a practiques este decreto de armonía y abundancia a diario. El universo está muy atento de tus deseos cuando los realizas de forma correcta, pero no me creas, mejor compruébalo.

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