
La vida siempre nos reta, y a lo largo de ella siempre estamos enfrentando nuevas situaciones que ponen a prueba las distintas habilidades que tenemos. Algunas de estas habilidades llegan como parte del “paquete de bienvenida” a este mundo, mientras que vamos aprendiendo y desarrollando otras.
CRISTINA GUIZA / Valle de los Ángeles
Tal vez no te hayas dado cuenta, pero a lo largo de tu vida siempre has respondido y superado los distintos obstáculos que se te han presentado, aunque a veces hayas salido algo lastimado y con algunas heridas. Aquí estás y sigues adelante… ¡eres valiente!
Ahora la vida nos presenta un nuevo reto y nuevamente vamos a echar mano de nuestra capacidad de adaptación y resiliencia, dos habilidades que los seres humanos tenemos y que se combinan con la inventiva, la innovación, la creatividad y el amor.
¿Qué tiene que ver el amor en todo esto? El amor por tu familia, el amor por tu mundo, el amor por ti. Es por amor que siempre buscamos las mejores alternativas y nuestro cerebro está en constante actividad para crear cosas y situaciones distintas, aún en medio de la adversidad.
Somos seres en relación con otros, con el mundo en general, lo que le pase a uno, impactará de forma positiva o no a alguien más. Somos seres integrales y la parte interior de tu cuerpo necesita atención, por eso debes elegir sabiamente qué escuchas, qué ves, qué lees y qué dices, porque todo ello se almacena en tu alma y sólo tú puedes decidir con qué regar tu jardín interior.
El miedo es un buen consejero sólo a veces, cuando nos protege de peligros y nos impulsa a crear cosas nuevas. He aquí la adaptación, pero… ¡cuidado! El miedo que paraliza, el que te causa ansiedad, puede alimentar las más horribles fantasías que sólo en tu cabeza son una realidad.
Sitúate en tu presente, en tu realidad, en tu espacio seguro, tanto externo como interno. Sé consciente de ti y tu familia y date un descanso de noticias y redes sociales. Ocupa tu tiempo para aprender algo nuevo, para leer algo que te alimente el espíritu; escucha más a tus hijos y ten un tiempo de esparcimiento familiar con juegos y risas.
Toda crisis tiene un inicio, pero también una fecha de término, y en el medio de ambos plazos está el aprendizaje. Y si en algún momento te sientes triste, ansioso o irritable, no dudes en buscar ayuda profesional.
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