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¿Qué relación tiene la imagen con la asertividad?

Revista Más Sana | Imagen de mohamed Hassan en Pixabay 

La asertividad impide que seamos manipulados y aumenta la autoestima. Es la manifestación de nuestro propio derecho para expresar pensamientos, sentimientos y creencias de una manera directa, sincera, apropiada y oportuna, respetuosa siempre de los derechos ajenos y propios. 

¿Qué relación tiene la imagen con la asertividad? Más de lo que nos imaginamos. Partiendo del hecho que la imagen es un tema que abarca diversos aspectos: arreglo personal, comunicación verbal y no verbal, comportamiento, actitud, en fin. La asertividad es fundamental para transmitir una imagen congruente. Se define como: “conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno sin agredir ni ser agredido”, es por eso  que se considera una habilidad social que, por supuesto, todos podemos desarrollar.  No basta con tener un excelente arreglo físico, una buena postura, una combinación exitosa en ropa o manejar adecuadamente los cubiertos sino aprendemos a ser asertivos. La asertividad está ligada a la forma en la que nos comunicamos con otras personas. Esta forma de comunicación puede ser de tres tipos: agresiva, pasiva o, simplemente, asertiva. Por ejemplo, supongamos que estamos en un restaurante y nos traen un plato de sopa con un cabello en ella. Podemos reaccionar de 3 formas: agresiva si en este caso comenzamos a reclamarle y a gritarle al mesero amenazando no regresar jamás. Pasiva, si no nos atrevemos a decir nada y seguimos tomando la sopa como si nada aunque estemos muy molestos por dentro. Asertiva, pidiéndole al mesero que nos cambie el plato de sopa.

¿Cuál sería tu reacción en un caso como éste? En ocasiones, nuestra actitud depende del tema o de la persona de la que se trate. Basta con muy poco para explotar y comenzar a agredir o, lo contrario, guardar y guardar y guardar y no decir nada aunque estemos insatisfechos con lo sucedido. Reaccionar asertivamente será fundamental en todos los ámbitos, tanto en el personal como en el profesional. Sin embargo, en el profesional sencillamente nos puede costar nuestro puesto, un ascenso, un cliente o la imagen de nuestro negocio. Por lo tanto, desarrollar esta habilidad será crucial dado que todo el tiempo estamos expuestos a resolver problemas o situaciones complejas. Todo esto se puede ir aprendiendo con la práctica.

Existen diversas técnicas para ser más asertivos. Una de las más comunes es sorprender al otro con una reacción positiva e inesperada, en vez de reaccionar agresivamente, por ejemplo, con un cumplido o reconociendo el sentimiento del otro, es decir, siendo empáticos. Una de las causas por las cuales algunas personas son poco asertivas se debe a que piensan que no tienen derecho ejercer sus propias opiniones, derechos o creencias. El objetivo de incorporar técnicas asertivas a nuestra vida es precisamente para defender nuestros derechos ante situaciones injustas o incómodas.

A continuación te presento algunos aspectos a los que cada persona tiene derecho de ejercer:

  • Saber decir ‘no’ sin sentimientos de culpa.
  • Cometer errores, equivocarse.
  • Ser tratado con dignidad y respeto.
  • Cambiar de opinión.
  • Contemplar las necesidades propias.
  • Manifestar opiniones, ideas y sentimientos.
  • Sentirse bien y sin culpa.
  • Ser feliz y exitoso.
  • Gozar de privacidad.
  • Exigir calidad o servicio.
  • Establecer prioridades propias.
  • Dar y pedir cuando se decida.

Analiza ¿Qué tan asertivo eres tú? ¿En qué situaciones lo eres? ¿Con qué personas pierdes el control? ¿Cuál es el tipo de comunicación que predomina en tus reacciones, la agresiva, la pasiva o la asertiva?

Si somos capaces de hacer valer nuestra opinión de una manera asertiva, obtendremos comprensión, respeto y empatía. Esto habla de un comportamiento maduro que genera que una persona no agreda ni se someta a la voluntad de otros. Proyecta una imagen convincente y segura. La asertividad es una forma de expresión. Por lo tanto, ejerzámosla. Si detectamos ciertas áreas o personas en donde estamos en riesgo de perder la calma o la razón, trabajemos en ellas. Si somos de los que guardan y se callan todo en contra de la voluntad propia, tenemos también el derecho de manifestarlo. Por lo tanto, generemos una comunicación más asertiva y de esta manera nos sentiremos más plenos y felices.

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