Los mexicanos hemos cambiado muchísimo en estas dos primeras décadas del siglo XXI. Lo dicen las estadísticas, la notable transformación de las dinámicas políticas y sociales, y la simple observación de la vida cotidiana de un país que, a pesar de las circunstancias, se niega a quedarse atrás en el panorama internacional.

Comencemos con algunos números que, si bien suelen ser fríos y abstractos, revelan datos comprobables que no ameritan discusión. Según los resultados del último censo del INEGI, en lo que va del siglo la población ha aumentado a un ritmo de aproximadamente un millón de nuevos habitantes cada año, y hoy ya somos un total de poco más de 126 millones de mexicanos, para ubicarnos en la posición número 11 a nivel mundial. Sin embargo, la tasa de hijos por mujer a pasado de 2.6 en el año 2000 a 2.1 en el 2021, lo que nos habla de familias cada vez más reducidas: el promedio de ocupantes por vivienda se redujo de 4.4 en el 2000 a 3.6 el día de hoy.
El machismo endémico de estas tierras sigue dejando su huella en las estadísticas, pues mientras poco más del 75% de la población masculina es económicamente activa, en el caso de las mujeres el porcentaje se reduce a un lejano 49%. Tenemos un millón 200 mil residentes que nacieron en otro país, pero nuestra población indígena que tiene una lengua materna diferente al español ha disminuido medio punto porcentual, para ubicarse actualmente en un 6.1%.

En lo que respecta a la salud, casi tres cuartas partes de la población está afiliada a un sistema de salud pública, pero 16.5% de la población tiene algún tipo de limitación o discapacidad física o mental, lo que implica retos de atención a la población que aún deben mejorar y crecer.
A pesar de nuestros problemas económicos también endémicos, las comodidades y facilidades de la vida moderna están al alcance de cada vez más personas: casi el 90% de los mexicanos tiene acceso a la telefonía celular y más de la mitad están conectados a Internet. El porcentaje de analfabetismo ha caído hasta menos del 5%, y los años de escolaridad promedio han aumentado hasta un promedio de casi 10, lo que equivale a la secundaria terminada.
Lo político ha cambiado de la mano de lo social. Después de 72 años con un solo partido en el poder, México ha visto desfilar a tres partidos políticos en la Presidencia en los últimos 21 años. Nuestra democracia aún sigue siendo un proyecto en proceso, pero la sociedad civil ha demostrado una madurez notable al ser la principal impulsora de los cambios políticos: gracias al esfuerzo de los ciudadanos se creó el Instituto Nacional Electoral, lograron su autonomía plena la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Banco de México, y los ciudadanos asumieron una tarea de vigilancia constante sobre el poder y sus acciones a través de organismos como el INAI (Instituto Nacional de Trasparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales).
Todos los datos anteriormente expuestos nos muestras a un México en constante transformación, y la lo largo de este Mes Patrio en Revista Más Sana publicaremos una serie de artículos para pormenorizar el análisis de estos cambios desde diversas perspectivas e intentar definir quiénes somos y cómo somos los nuevos mexicanos.
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