Si crees que las uñas son una parte del cuerpo sin importancia, ¡estás equivocado!, su aspecto podría ser un reflejo de como está tu salud.

El cuidado de las uñas no sólo es cuestión de estética, va más allá, revelan hábitos o son un indicativo de advertencia de como se encuentra tu organismo al interior.

Por lo cual, debes observa frecuentemente tus uñas y revisar que no tengan algún tipo de alteración o anomalía en su color, forma y textura. De ser así, podrían estarte alertando de algún problema.

¿Te interesa saber qué podrían estar diciéndote?

• Uñas rosadas: Por lo general, las uñas sanas son de este color con un toque de blanco rosado cerca de la base.

• Uñas amarillentas: Es una de las anomalías más comunes, puede ser a causa del uso de esmaltes o problemas en el hígado; también, se pueden deber a la presencia de hongos.

• Uñas con tonalidad verdosa: Son signo de una infección bacteriana.

• Rayas rojas en la uña: Podría haber un problema en el corazón.

• Tonalidad azulado o morado: Denotan bajos niveles de oxígeno en la sangre.

• Pálidas: Pueden señalar una deficiencia de vitaminas o anemia.

• Blancas: Podrían estar indicando una simple lesión superficial o tan complejo como la existencia de problemas hepáticos.

• Frágiles y quebradizas: Se debe a una mala alimentación e hidratación. También es común que se debiliten por contacto con sustancias abrasivas, como los productos de limpieza o cosméticos de baja calidad.

• Se vuelven gruesas: puede ser un claro síntoma de una infección por hongos.

• Despegadas de la piel: La onicólisis es el proceso en el cual las uñas se debilitan, se ablandan y se separan de la piel. En muchos casos se origina por sustancias irritantes o por alguna infección fúngica (hongos), psoriasis o verrugas.