¿Te consideras una persona objetiva al momento de formar juicios y tomar decisiones?
Sabias qué, nuestro cerebro a pesar de ser un órgano brillante, tiene sus limitaciones. Una de estas limitaciones o “fallos” son los sesgos cognitivos.
Solemos creer que la realidad es tal cual la percibimos, pero a veces esta no es más que una ilusión de nuestra propia mente, la cual puede responder de varias formas a una situación, es decir, la mente usa «atajos» para tomar decisiones rápidas y así adaptarse al entorno.
Por lo tanto, ¿todos los juicios que emitimos son completamente confiables? Es dudoso, aunque, no significan que haya algo mal con nosotros, estos juicios filtran mucha de la información que recibimos y a veces pueden estar influidos por motivaciones distintas a la lógica, que suelen venir más del instinto y tendemos a tomar decisiones que carecen de racionalidad en ciertos contextos.
Comprender estos prejuicios es esencial para poder suprimirlos en los momentos en que tenemos que tomar una decisión trascendental. Es por ello que, te presentamos ocho de los prejuicios cognitivos más comunes:
1) Sesgo de confirmación
Es la tendencia a dar mayor importancia a la información que confina tus propias creencias.
2) Sesgo de debilidad social
Cuando das una respuesta que socialmente será aceptada, en lugar de expresar lo que realmente piensas.
3) Sesgo de certeza
La tendencia a mostrar un exceso de confianza y creer que siempre tenemos la razón.
4) Sesgo de punto ciego
La predisposición a verte a ti mismo con menos sesgo o prejuicios que los demás.
5) Sesgo de autoservicio
Cuando te atribuyes el mérito de lo que sale bien, pero culpas a factores externos cuando algo sale mal.
6) Sesgo de autoridad
Cuando aceptas sin cuestionar las opiniones de personas o figuras con «autoridad».
7) Sesgo de statu quo
La preferencia porque las cosas permanezcan como están.
8) Sesgo de falso consenso
Sobrestima la cantidad de gente que comparte las mismas opiniones, valores o hábitos que tú.
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