Sin categoría

No basta con ser independiente, hay que serlo en estado adulto

libertad

FOTO: Pixabay

Cualesquiera que sean nuestras metas y sueños, el compromiso es vivirlos desde un estado adulto que nos lleve a elegir lo que debemos hacer, no solamente lo que deseamos hacer.

GABY FABRE / Psicoterapeuta y Consteladora Familiar

Afirmar que un ser humano es independiente implica que ya está en un estado adulto, y éste no se alcanza sólo con la edad, como la gran mayoría piensa. No implica cumplir 18 años para recibir nuestra INE, sino cumplir con muchas condiciones.

El estado adulto de una persona está determinado por la toma de decisiones acertadas que hace en su vida. Es esa libertad bien utilizada que a la vez nos remite a la responsabilidad por elegir algo. No es únicamente lo que recibo por mi decisión; también implica lo que tendré que responder por ella. Esto no implica ser infalible, pues la perfección no existe: se trata de mi capacidad de aprendizaje ante los errores cometidos con anterioridad, que me va dejando un gran bagaje de experiencias para las siguientes elecciones de lo que quiero y no en mi vida.

La independencia personal requiere disciplina y cuidado personal… ¡me asombra escuchar a muchos padres advertirles a sus hijos sobre los enormes peligros de vivir fuera de casa, pero casi ninguno de ellos entrena a sus críos para ser lo suficientemente adultos para vivir lejos del hogar! A los hijos les llenamos la cabeza con frases del tipo: “¡Ya verás cómo te va!”, “¡Es terrible lo que te espera!”, “¡El mundo es horrible!”, pero… ¿cuándo los vamos a adiestrar para enfrentar los avatares de la vida con determinación y disciplina?

No permitamos más tribus donde sólo algunos crecen. Hay que buscar ese momento en el que todos alcanzamos un estado adulto que nos permite vivir nuestra vida en una comunidad de destino, todos siendo adultos e independientes.

Two hands in chainsOtra característica del estado adulto es la congruencia: hacer y pensar lo mismo. Esta cualidad nos vuelve confiables ante los ojos de los demás, pues abarca nuestro sentido común y nuestra lógica, y nos permite defender nuestras opiniones con seguridad y respeto. No se trata de necedad, sino de darle voz y voto a nuestras ideas desde un lugar de absoluta credibilidad.

La independencia física y emocional, por lo tanto, depende claramente de nuestro más elevado estado adulto. Por ejemplo, trabajar para recibir ingresos desde un estado adulto implica crear el dinero: cuando lo recibimos como niños lo gastamos hasta que se acaba, pero en estado adulto hacemos a un lado las emociones y aceptamos la realidad con todo lo que ello implica.

La independencia debe ser total, de lo contrario sería una farsa. No puedo pedir libertad si no me puedo hacer responsable de cada una de mis acciones, decisiones y proyectos; en general, es un estado de vida al que todos deberíamos acceder para poder dejar el mundo mejor de lo que lo hemos encontrado, un estado que debemos tener antes de elegir una pareja, para entender a una relación como una independencia compartida con alguien más.

La independencia es todo un tema de análisis y de disposición, pero cualesquiera que sean nuestras metas y sueños, el compromiso es vivirlos desde este estado adulto tan anhelado y tan poco exaltado y conocido; un estado donde se elige lo que se debe hacer, no lo que se desea hacer.

Termino con una hermosa frase de Virgil A. Kraft: Una señal de madurez es la capacidad de estar a gusto con personas que no son como nosotros… y yo añadiría: y la independencia, nuestra capacidad para convivir y avanzar con ellas.

 

Categorías:Sin categoría

Etiquetado como:

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s