Redacción Más Sana
Cada día se desvanece la percepción del adulto mayor sentado, cansado, dedicado a cuidar a los nietos, a cocinar o hacer reparaciones en casa, y se abre paso una vejez más activa y divertida, “una ‘abuelidad’ liberadora, rebelde y reveladora”.
Los abuelos no están para cuidar a los nietos. Tienen preferencias, sexualidad y actividades con las que enriquecen su vida.
Verónica Montes de Oca, coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) de la UNAM, dijo que aceptar que se les adjudiquen tareas domésticas podría tener su origen en que a los adultos mayores se les facilita procurar a las nuevas generaciones por el hecho de haber sido padres.
Socialmente, a los adultos mayores se les ve como parte fundamental en la integración familiar, pero no por acuerdo, sino por adjudicación, “de ahí la idea de que deben cuidar a los nietos, ayudar en los quehaceres domésticos y dejar de lado uno de sus principales valores: la experiencia y transmisión de valores y conocimientos”.
Sin embargo, la situación cambia, “ahora están al pendiente de su salud, tienen actividades, son emprendedores, algunos son activistas o hacen voluntariado, y estas acciones se incrementarán con el paso del tiempo”. Este proceso implicará, en el corto plazo, un cambio en la concepción social sobre qué es ser viejo, abuelo o persona mayor, advirtió.
En México, más de 11 millones 960 mil habitantes tienen entre 60 y 79 años de edad, principalmente en entornos urbanos. Además, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo) este segmento aumentará en más de 464 mil para 2020, para alcanzar una cifra aproximada de 12 millones 425 mil.
En el marco del Día del Abuelo, que en nuestro país se celebra mañana, 28 de agosto, Montes de Oca comentó que la intención de esta efeméride es festejarlos, pero “el resto del año son abusados, maltratados e invisibilizados”.
FUENTE: UNAM
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