Mónica María Rodríguez Díaz / PSICOTERAPEUTA Y COACH PROFESIONAL
El estudio transgeneracional comienza con la conocida psicoanalista Anne Ancelin Schütznberg, seguida de diferentes autores que han aportado al estudio del mismo como: el Dr. Hamer, Marc Fréchet, Bert Hellinger y Enric Corbera, entre otros. Todos ellos aseguran que los sufrimientos de nuestros ancestros se guardan en una memoria colectiva (inconsciente colectivo) y se repiten generación tras generación, guardando secretos entrañables y situaciones a las que no le dan ninguna importancia, pero que afectan a todo el sistema familiar.
En mi consulta me enfoco a trabajar en el “síntoma” del paciente: fechas importantes como nacimientos, aniversarios, enfermedades, muertes, etc., y de ahí partimos para descubrir a qué miembro de la familia está deparado. Por ejemplo, el paciente puede llegar con un programa de desamor, con ninguna relación de pareja estable, y termina descubriendo que su abuela estaba enamorada de otra persona, pero fue obligada a casarse. O —hablando de lealtades familiares– podemos encontrar un abuelo con diabetes, luego el padre con el mismo padecimiento, y el hijo asume que también será afectado. Otra situación frecuente es la de una mujer que no puede embarazarse, aunque esté en perfectas condiciones biológicas, tal vez por tener a una madre con muchos hijos, mismos que ella en realidad no quiere tener.
Cuando estudiamos lo transgeneracional, podemos encontrar los famosos secretos de familia, y de ahí empezar a desenredar y tomar consciencia de nuestra vida para poder romper los patrones que nos persiguen día con día, generación tras generación, atrapándonos en un círculo sin fin.
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