Para cubrir las necesidades nutricionales y energéticas de nuestra familia, basta con tomar conciencia de la cantidad y la calidad de alimento que le vamos a servir.
LULÚ FARRERA ••• DIRECTORA DE SALUD INTEGRAL INTELIGENTE
Seguramente muchas mamás tenemos dudas acerca de lo que significa alimentar bien a nuestros hijos y a nuestra familia, y solemos pensar que cumplimos con este objetivo si siempre se come en casa y nadie padece alguna enfermedad. Sin embargo, sólo estableciendo buenos hábitos y eligiendo alimentos saludables y adecuados podremos estar seguras de que estamos coadyuvando en su crecimiento y desarrollo.
Ser madre representa una gran responsabilidad, no sólo por nuestra tarea de educar y sembrar valores en los hijos, sino también por saber cómo los estamos alimentando y qué hábitos alimenticios y nutricionales les estamos sembrando. Las mamás de hoy tratamos de compaginar lo mejor posible nuestras actividades laborales con nuestras tareas hogareñas, siempre con el objetivo de criar hijos sanos en todos los sentidos.
Una de las dudas que más nos asaltan es la de si estamos ofreciéndoles la comida correcta para cubrir sus necesidades nutricionales y energéticas. Por ello es muy importante instruirnos bien en el tema, para no cometer los errores más comunes en los que usualmente caemos, y no es que necesitemos matricularnos en una carrera de nutrición, sino simplemente tomar conciencia de la cantidad y la calidad de alimento que le vamos a servir a nuestra familia.
Los errores más comunes
- Premiar o castigar con comida. La alimentación es una necesidad que no se debe relacionar con conflictos emocionales, pues de lo contrario podría causar trastornos de conducta en la adolescencia, como anorexia, bulimia o comer compulsivamente.
- Comer fuera de la mesa y/o con distractores. Debemos alimentarnos en un ámbito social de relación y satisfacción. Enseña a tus hijos a comer en la mesa, juntos y compartiendo el alimento con una buena conversación en familia. No les permitas hacerlo frente a la tele, la computadora o con el celular en las manos. Saborear conscientemente cada bocado permite una mejor absorción de los nutrientes.
- Educar sólo con palabras. Los niños aprenden más de tus acciones y siguen tu ejemplo. Cuando te sientes a la mesa deja el celular, come despacio y disfrutando, cuéntales como estuvo tu día, sírvete un plato proporcionado y con los mismos alimentos de tu hijo.
- Ofrecer a menudo comida chatarra. Las pizzas, hamburguesas, hot dogs, dulces, etc. deben de comerse sólo muy de vez en cuando.
- Comprar productos light o diet.
Los aciertos más recomendables
- Un buen desayuno. Es la comida más importante del día, pues tus hijos la necesitan para recargar su tanque de gasolina antes de realizar cualquier actividad, además de que reduce el riesgo de que padezcan obesidad y sobrepeso a futuro.
- Comer cinco veces al día. Hay que hacer tres comidas importantes y dos o tres colaciones.
- Aprende a negociar. A los niños les gusta llegar a acuerdos contigo, pero no que les impongas. Dales un sabor nuevo cada semana y a cambio permíteles escoger el menú de dos cenas.
- Prepárales comidas tan nutritivas como divertidas. Por ejemplo, un plato con frutas que formen una carita feliz.
- Sé la maestra de tus hijos. ¡No aprenderán a comer y a elegir los alimentos que les convienen en la escuela!
- Dales golosinas sanas. Si en casa no hay comida chatarra tus hijos no la consumirán. Compra frutas, galletas de avena, pan dulce de cereales, granola, frutos secos, miel de abeja… Evita las bebidas envasadas o saborizadas artificialmente, pues sólo son una mezcla de agua y azúcar, aunque tengan vitaminas adicionadas…
- Deja que tu corazón e inteligencia te guíen. ¡Enséñales a comer con amor y paciencia! •••
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