SELENE AGUSTÍN / Yugadharma
Uno de los más graves problemas que enfrenta nuestro mundo es la creciente cantidad de residuos sólidos producto de indiscriminados hábitos de consumo, que sólo en parte son transportados a rellenos sanitarios o se separan para recuperar y reutilizar recursos naturales en su mayoría no renovables para preservar la herencia de nuestros descendientes.

Pero así como ensuciamos el planeta y agotamos sus recursos, lo mismo hacemos con nuestro organismo, que pocas veces nos ocupamos de mantener sano a través del consumo de alimentos naturales. El afán consumista produce cultivos a partir de agroquímicos y fabrica alimentos procesados con aditivos químicos y conservadores, cuyas toxinas van acumulándose en el cuerpo físico dando origen a la enfermedad.
Hoy en día ha surgido una forma de desintoxicar y regenerar a los organismos vivos a través de los alimentos. A esto se le llama alimentación restaurativa y regenerativa, pues parte del análisis de lo que está consumiendo un organismo que ha caído enfermo, o simplemente identifica la dinámica de alimentación para proponer un proceso de desintoxicación preventiva y/o restaurativa para lograr la mejora de padecimientos específicos.

La alimentación restaurativa centra su atención en lo que está entrando a un organismo vivo y le da un peso importante al consumo de alimentos no procesados, provenientes de mercados locales, productos libres de agroquímicos, alimentos no transgénicos ni modificados genéticamente; también se acompaña de herramientas que apoyan la desintoxicación, como la terapia de sonido, la yoga, la meditación y diversas actividades encaminadas a la reflexión profunda del entorno de cada persona, lo que le permite hacer ajustes en su consumo para así ayudar a desintoxicar y curar a nuestra gran casa, la Madre Tierra.
Si a usted le interesa saber más sobre alimentación restaurativa, asista el tercer miércoles de cada mes a nuestros talleres en Yugadharma para aprender más sobre este tema.
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