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El estrés y la ansiedad por comer

man eating burger and french fries

Yamilé Murad

Asesora Nutricional
Miembro de la Fundación Mexicana para la Nutrición, A.C.
medidasperfectas.sdb@gmail.com
Tel. 22.22.54.33.94

Por el acelerado ritmo de vida actual muchos sufrimos de estrés, en menor o mayor grado. Este padecimiento no es en sí una enfermedad, pero de manera crónica puede tener efectos perjudiciales en la salud mental y física de quien lo manifiesta; de hecho, es uno de los factores asociados a la obesidad.

El estrés es una reacción biológica y psicológica ante situaciones que nos inquietan o perturban: dificultades personales, familiares, profesionales, etc., que derivan en altas dosis de adrenalina y otros componentes químicos que el cuerpo libera con la intención de incrementar la probabilidad de supervivencia, preparándonos físicamente para poder huir o enfrentar la situación. Es tal la intensidad de esta reacción, que una vez que ha pasado nuestro organismo demanda alimentos para reponer la sobredemanda de energía.

De igual manera, la ansiedad que genera estar bajo presión puede despertar las ganas de comer, y lo peor es que el descanso que algunos toman para relajarse permite la acumulación de grasa.

En los periodos de estrés el cuerpo genera cortisol, que aumenta el deseo por más grasa y azúcar. Existen estudios que demuestran la asociación entre la comida altamente azucarada y la sensación de bienestar y comodidad, y este hábito se fomenta de manera alarmante en los niños.

¿Eres de los que no duermen pensando en cómo resolver problemas? El insomnio es otro factor influyente en la pérdida o aumento de peso ya que, al no dormir las horas necesarias, se altera el funcionamiento de los químicos reguladores del apetito.

Es verdad que los factores estresantes no desaparecerán, pero al menos puedes cambiar tu reacción ante ellos. Por ejemplo, puedes comenzar a hacer ejercicio, que disminuye el cortisol en el cuerpo y libera hormonas que mejoran el estado de ánimo, además de que acelera el metabolismo, lo que ayuda a quemar grasa.

De igual forma, debes hacer el esfuerzo por alimentarte mejor durante y después de los periodos de estrés. ¡No puedes esperar un buen funcionamiento biológico consumiendo “comida chatarra”! Otro consejo es que, en lugar de comer cuando estés estresado, salgas a caminar, te tomes un descanso, hagas ejercicios de respiración, pasees al perro, etc.

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