
En la vida cotidiana, es común sentirse comparado con amigos o conocidos que alcanzan metas importantes: ascensos, logros académicos, viajes, o adquisiciones significativas. Sin embargo, expertos en psicología advierten que dejar que el éxito ajeno opaque el propio puede afectar la autoestima y la motivación personal.
“Compararse constantemente con los demás es un hábito que disminuye la percepción de los propios logros”, explica la psicóloga social Mariana López. “Cada persona tiene un camino distinto y medirnos por los estándares de otros nos impide reconocer nuestras propias conquistas”.
Este fenómeno no solo impacta la salud emocional, sino también las relaciones interpersonales. Sentimientos de envidia o frustración pueden generar distancia o conflictos con quienes admiramos, creando un círculo de negatividad que afecta tanto al bienestar individual como al grupo social.
Para contrarrestar este efecto, especialistas sugieren:
- Celebrar los logros ajenos sin minimizar los propios: Reconocer el éxito de un amigo no resta valor a lo que uno ha alcanzado.
- Establecer metas personales: Definir objetivos propios permite enfocarse en el crecimiento individual en lugar de la competencia constante.
- Practicar la gratitud: Reconocer lo que se tiene y los avances logrados fortalece la autoestima y reduce la sensación de insuficiencia.
- Evitar comparaciones en redes sociales: Las plataformas digitales muestran solo aspectos selectivos de la vida de otros, lo que puede distorsionar la percepción de éxito.
“Aprender a valorar los logros propios y separarlos de los de los demás es clave para un bienestar emocional saludable”, concluye López.
En definitiva, el éxito de los amigos puede inspirar y motivar, pero nunca debe eclipsar las victorias personales. Reconocer y celebrar lo que uno alcanza es tan importante como aplaudir los logros de quienes nos rodean.
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