Revisar perfiles, enviar mensajes o incluso buscar encuentros casuales aumenta el riesgo de recaer en dinámicas que previamente resultaron dañinas.

Redacción Más Sana

En momentos de desilusión amorosa o soledad, muchas personas se enfrentan a una tentación recurrente: contactar a una expareja. Este dilema, común en la vida moderna, plantea preguntas sobre la conveniencia de revivir relaciones pasadas y los riesgos emocionales que conlleva.

Expertos en psicología señalan que este comportamiento suele ser una reacción al vacío emocional que deja una ruptura.

Las motivaciones para buscar a un ex pueden variar: desde la búsqueda de compañía y nostalgia hasta el deseo de confirmar que aún existe un vínculo afectivo. Sin embargo, los especialistas advierten que reactivar estas conexiones no siempre produce los efectos deseados.

La era digital también influye en este fenómeno. Redes sociales y aplicaciones de mensajería facilitan la comunicación inmediata, lo que puede fomentar decisiones impulsivas. Revisar perfiles, enviar mensajes o incluso buscar encuentros casuales aumenta el riesgo de recaer en dinámicas que previamente resultaron dañinas.

Para manejar esta situación, los psicólogos recomiendan reflexionar antes de actuar: identificar las emociones reales, establecer límites claros y considerar alternativas saludables para enfrentar la soledad, como reforzar amistades, hobbies o el autocuidado.

En definitiva, la decisión de llamar o no a un ex requiere introspección y honestidad consigo mismo, para evitar que el intento de consuelo momentáneo se convierta en un retroceso emocional.