
Redacción Más Sana
Las crisis de ansiedad y los ataques de pánico pueden aparecer de manera inesperada, provocando miedo intenso, palpitaciones, sudoración y sensación de pérdida de control. Saber cómo reaccionar ante estas situaciones es clave para brindar apoyo a quienes las atraviesan y, en algunos casos, prevenir complicaciones.
Los primeros auxilios emocionales consisten en técnicas sencillas para ayudar a calmar la mente y el cuerpo. Entre las estrategias más efectivas se encuentran: reconocer la situación sin juzgarla, mantener una respiración profunda y controlada, guiar a la persona a enfocarse en el presente mediante ejercicios de grounding (como tocar objetos cercanos o describir el entorno), y ofrecer palabras de apoyo tranquilizadoras sin minimizar sus emociones.
Es importante recordar que cada persona reacciona de manera diferente, por lo que mantener la calma y escuchar activamente es fundamental. En casos donde la crisis es intensa o prolongada, buscar atención profesional inmediata puede ser necesario.
Practicar estos primeros auxilios emocionales no solo ayuda a quienes sufren un ataque de pánico o ansiedad, sino que también fortalece la capacidad de responder con empatía y eficacia ante emergencias emocionales en el entorno familiar, laboral o social.
Adoptar estas herramientas forma parte del autocuidado colectivo y de la construcción de una cultura de salud mental más consciente y accesible para todos.
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