Los expertos recomiendan técnicas de manejo del estrés como ejercicio regular, respiración profunda, meditación y mantener hábitos de sueño adecuados.

Redacción Más Sana

La ansiedad y el estrés no solo afectan la mente: también tienen un impacto profundo en la salud física, alterando funciones vitales y aumentando el riesgo de diversas enfermedades. Especialistas advierten que los efectos se pueden manifestar desde la piel hasta el sistema digestivo.

En la piel, el estrés crónico puede provocar brotes de acné, dermatitis y psoriasis, debido a la liberación de hormonas que inflaman los tejidos. En el sistema digestivo, puede generar problemas como reflujo, gastritis, colon irritable y alteraciones en la microbiota intestinal, afectando la absorción de nutrientes.

El sistema cardiovascular también se ve afectado: la ansiedad prolongada puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Asimismo, puede debilitar el sistema inmunológico, haciendo al cuerpo más susceptible a infecciones.

Para mitigar estos efectos, los expertos recomiendan técnicas de manejo del estrés como ejercicio regular, respiración profunda, meditación y mantener hábitos de sueño adecuados. También es fundamental buscar apoyo psicológico cuando la ansiedad interfiere con la vida diaria.

El estrés es un enemigo silencioso que impacta tanto la mente como el cuerpo; reconocer sus señales y actuar a tiempo es clave para preservar la salud integral.