
Este renacimiento de la conciencia cívica también implica un desaprendizaje: dejar atrás hábitos adquiridos en años de interacción digital donde el anonimato favoreció el insulto y la indiferencia.
Redacción Más Sana
En una época marcada por la polarización social, el aislamiento digital y la fragmentación comunitaria, resurge un debate sobre el “nuevo civismo”: un conjunto de prácticas, valores y actitudes orientadas a reconstruir la convivencia.
Expertos en sociología y psicología coinciden en que la pandemia, las redes sociales y la crisis de confianza en las instituciones transformaron la manera en que interactuamos. Hoy, más que nunca, la tolerancia, la empatía y el respeto a lo diverso parecen no solo deseables, sino indispensables.
El nuevo civismo no se limita a cumplir normas, sino a replantear cómo nos relacionamos en lo público y en lo privado. Incluye desde gestos simples —como ceder el paso o escuchar sin interrumpir— hasta compromisos colectivos más amplios, como cuidar el medio ambiente, participar en procesos comunitarios o combatir la desinformación.
Según analistas, este renacimiento de la conciencia cívica también implica un desaprendizaje: dejar atrás hábitos adquiridos en años de interacción digital donde el anonimato favoreció el insulto y la indiferencia. “Estamos reaprendiendo a convivir cara a cara, a debatir sin destruir al otro”, apuntan especialistas.
La pregunta de fondo es si esta nueva ola de civismo será pasajera o logrará consolidarse como una cultura permanente. El reto, advierten, es traducir los valores en acciones cotidianas que fortalezcan el tejido social.
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