
La ironía, el absurdo y el lenguaje digital son los recursos clave que esta generación ha adoptado para hablar de traumas, límites, autoestima o burnout.
Redacción Más Sana
En un mundo hiperconectado y emocionalmente desafiante, la generación millennial y la Gen Z han encontrado un lenguaje propio para hablar de salud mental: los memes y la terapia. Mientras que generaciones anteriores evitaban hablar de emociones o acudían a terapia en secreto, hoy el autocuidado emocional se ha convertido en tema común en redes sociales, sesiones de psicoterapia… y publicaciones virales.
La combinación entre el humor y la vulnerabilidad es uno de los sellos distintivos de este fenómeno. Un meme sobre ansiedad, depresión o límites emocionales puede alcanzar miles de reacciones no solo por su comicidad, sino porque muchas personas se ven reflejadas en él. “Es como ir a terapia pero gratis”, bromean algunos usuarios al compartir contenido que mezcla sarcasmo con frases como “yo, disociando mientras finjo que todo está bien”.
Este tipo de publicaciones no solo entretienen, también normalizan la conversación sobre salud mental, y funcionan como una puerta de entrada para muchas personas que antes veían la terapia como un tabú. De hecho, el número de jóvenes que asisten a terapia psicológica ha aumentado considerablemente en la última década, impulsado en parte por una mayor visibilidad del tema en plataformas como TikTok, Instagram y X (antes Twitter).
Psicólogos coinciden en que, si bien los memes no sustituyen la ayuda profesional, sí cumplen una función simbólica importante: hacen visible lo invisible. “Los memes emocionalmente cargados permiten expresar experiencias difíciles sin sentirse juzgado. Dan lugar a una catarsis colectiva”, señala la psicóloga clínica Laura Mendoza.
La ironía, el absurdo y el lenguaje digital son los recursos clave que esta generación ha adoptado para hablar de traumas, límites, autoestima o burnout. Y aunque algunos sectores cuestionan si este tipo de humor trivializa el sufrimiento, otros lo ven como una herramienta de resiliencia emocional.
En tiempos donde el estrés, la ansiedad y la presión social son moneda corriente, el binomio terapia y memes no solo revela un cambio cultural, sino una evolución en la forma de comunicarnos y sanar. Una generación que ya no teme decir “necesito ayuda” ha encontrado su voz… y también su emoji favorito.
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