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Cuerpo no normativo y autoestima: la revolución silenciosa en redes

Lejos de la autocompasión, esta exposición parte del orgullo, la dignidad y el deseo de vivir con plenitud.

Redacción Más Sana

Durante décadas, la imagen del “cuerpo ideal” dominó los medios, estableciendo estándares inalcanzables que moldearon la autoestima de millones. Sin embargo, una revolución silenciosa se está gestando en redes sociales: la visibilización del cuerpo no normativo como una afirmación política, emocional y cultural que desafía estereotipos y abre nuevas conversaciones sobre aceptación, salud y belleza.

El cuerpo no normativo —aquél que no encaja en los modelos tradicionales de delgadez, estatura, tono muscular, color de piel o funcionalidad— ha dejado de ocultarse para ocupar un lugar central en plataformas como Instagram, TikTok o X. Personas con cuerpos diversos, antes invisibilizadas o estigmatizadas, hoy comparten fotos, videos y reflexiones donde reivindican su derecho a existir sin vergüenza, sin filtros y sin pedir disculpas.

Este movimiento no se limita a una tendencia estética; representa un cambio profundo en la relación entre imagen y autoestima. Influencers, activistas y usuarios comunes se muestran con estrías, cicatrices, alopecia, discapacidades o tallas grandes como un acto de resistencia a los cánones de belleza tradicionales. Lejos de la autocompasión, esta exposición parte del orgullo, la dignidad y el deseo de vivir con plenitud.

“La representación importa. Ver a alguien con un cuerpo como el mío disfrutando de la vida me ayudó a dejar de odiarme”, cuenta Fernanda, una joven que comenzó a subir contenido sobre moda para tallas grandes tras años de esconderse detrás de ropa holgada. Historias como la suya se replican diariamente, demostrando que las redes también pueden ser herramientas de empoderamiento.

No obstante, la revolución no ha sido sencilla. La exposición pública de cuerpos no normativos también ha generado reacciones de odio, discriminación y violencia digital. Pese a ello, el movimiento ha ganado fuerza con el respaldo de campañas globales por la diversidad corporal y la salud mental.

Expertas en psicología coinciden en que la autoaceptación no significa abandonar el cuidado personal, sino comprender que el bienestar no está ligado a un solo tipo de cuerpo. “Cuando dejamos de ver al cuerpo como un enemigo y lo reconocemos como nuestro hogar, cambiamos también la forma en la que nos relacionamos con nosotras mismas”, explica la terapeuta corporal Sofía Martínez.

Así, en medio del bombardeo constante de filtros y estándares artificiales, la revolución del cuerpo no normativo avanza sin estridencias, pero con una potencia transformadora. Una revolución que no se grita, pero se vive y se comparte todos los días con un mensaje claro: todos los cuerpos merecen amor, respeto y visibilidad.

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