Sin categoría

Ansiedad financiera: el nuevo rostro del estrés en la vida adulta joven

Especialistas recomiendan no solo buscar estabilidad económica, sino también trabajar en el bienestar emocional asociado al dinero. Incorporar hábitos como llevar un registro de gastos.

Redacción Más Sana

Pese a que muchos jóvenes adultos tienen ingresos estables, el dinero no les brinda tranquilidad. La llamada “ansiedad financiera” se ha convertido en un fenómeno creciente entre quienes integran la llamada nueva adultez, especialmente millennials y centennials, que enfrentan incertidumbre económica no por carencia absoluta, sino por una percepción constante de insuficiencia.

Expertos en salud mental y economía coinciden en que no se trata solo de números: la ansiedad financiera es un estado emocional marcado por la preocupación excesiva sobre el futuro económico, el temor al desempleo, la deuda, o la incapacidad para mantener un estilo de vida digno, aunque se cuente con trabajo o ingresos constantes.

A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes actuales viven en un contexto donde los gastos básicos como vivienda, salud y transporte han crecido desproporcionadamente frente a los salarios, mientras las redes sociales imponen estándares de éxito y consumo difíciles de alcanzar.

Estudios recientes revelan que más del 60 % de los adultos jóvenes en México experimentan estrés relacionado con el dinero, lo que afecta su salud mental, sus relaciones personales y su capacidad para planear a largo plazo. Algunos desarrollan síntomas como insomnio, irritabilidad o sentimientos de culpa al gastar, incluso en necesidades básicas.

La ansiedad financiera también está asociada con la falta de educación financiera formal. Muchos jóvenes navegan el mundo económico sin herramientas sólidas para presupuestar, ahorrar o invertir, lo que refuerza la sensación de estar en riesgo permanente.

Frente a este panorama, especialistas recomiendan no solo buscar estabilidad económica, sino también trabajar en el bienestar emocional asociado al dinero. Incorporar hábitos como llevar un registro de gastos, establecer metas realistas y evitar comparaciones sociales puede marcar una diferencia. Además, se hace urgente que las instituciones educativas incluyan la educación financiera como parte de la formación básica.

En última instancia, el reto no es solo generar ingresos, sino reconstruir una relación saludable con el dinero, basada en la información, la consciencia y el autocuidado. Porque, como muestra la ansiedad financiera, tener no siempre es sinónimo de sentir que se tiene suficiente.

Categorías:Sin categoría

Etiquetado como:,

Deja un comentario