
Los esguinces son una de las lesiones musculoesqueléticas más comunes, tanto en deportistas como en personas que llevan una vida cotidiana activa. Aunque suelen ser tratados como lesiones menores, un esguince mal atendido puede generar complicaciones a largo plazo.
¿Qué es un esguince?
Un esguince ocurre cuando los ligamentos —las bandas de tejido que conectan los huesos entre sí en una articulación— se estiran más allá de su límite o se desgarran. Generalmente, son consecuencia de movimientos bruscos, caídas o impactos que fuerzan una articulación más allá de su rango normal de movimiento.
Tipos de esguinces
Existen tres grados de esguinces, clasificados según su gravedad:
- Grado I (leve): Estiramiento o desgarro mínimo del ligamento. Causa dolor leve, hinchazón y rigidez.
- Grado II (moderado): Desgarro parcial del ligamento. Provoca dolor moderado, inflamación visible, hematomas y cierta inestabilidad en la articulación.
- Grado III (grave): Desgarro total del ligamento. Se manifiesta con dolor intenso, hinchazón severa, moretones, y dificultad para mover o cargar peso sobre la articulación.
Los esguinces más comunes ocurren en el tobillo, rodilla, muñeca y dedos.
¿Cómo afectan a la salud?
Aunque un esguince leve puede sanar en unos días con reposo y cuidados básicos, las lesiones moderadas o graves pueden requerir fisioterapia, uso de férulas o incluso cirugía.
Un esguince mal curado puede generar inestabilidad articular crónica, mayor riesgo de sufrir nuevas lesiones y dolor persistente, afectando la calidad de vida y limitando la actividad física.
Prevención: ¿cómo evitar un esguince?
Para prevenir este tipo de lesiones, se recomienda:
- Calentar antes de hacer ejercicio y estirar adecuadamente al finalizar
- Usar calzado adecuado para la actividad que se realiza
- Prestar atención al entorno, evitando superficies irregulares o resbalosas
- Reforzar músculos y ligamentos mediante ejercicios de estabilidad y fuerza
- No ignorar lesiones previas y permitir que se recuperen por completo antes de retomar actividades intensas
Atención oportuna, clave en la recuperación
En caso de sufrir un esguince, es fundamental acudir a un profesional de la salud para recibir el diagnóstico adecuado. Aplicar hielo, mantener la articulación elevada y en reposo, y seguir un plan de rehabilitación evitará complicaciones futuras.
La información y la prevención son herramientas clave para cuidar nuestras articulaciones y mantenernos activos con seguridad.
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