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Padres millennials vs. adolescencia: ¿cómo criar en la era digital sin perder la cabeza?

Los padres millennials apuestan por una crianza más consciente, donde el diálogo, la empatía y el acompañamiento emocional son pilares.

Redacción Más Sana

Entre algoritmos, chats grupales y cambios hormonales, los padres nacidos entre 1985 y 1995 enfrentan uno de los mayores desafíos de su generación: criar adolescentes en un mundo hiperconectado, emocionalmente complejo y socialmente cambiante.

Lejos de los métodos autoritarios del pasado, los llamados padres millennials buscan equilibrio entre la crianza respetuosa, la educación emocional y el control digital. Sin embargo, el reto va más allá de limitar el tiempo frente a pantallas: se trata de construir vínculos sólidos en medio de una adolescencia que ya no se vive en casa, sino también en redes sociales.

Según datos del INEGI, más del 70 % de adolescentes mexicanos tienen acceso a internet desde sus dispositivos personales, lo que ha convertido a TikTok, Instagram y WhatsApp en nuevos espacios de socialización, pero también de exposición a riesgos como el ciberacoso, la desinformación y la presión estética.

“Criar en esta época es como aprender a bailar con una música que cambia cada semana”, dice Mariana, madre de dos adolescentes. “Nosotros crecimos con Messenger, ellos con inteligencia artificial. La brecha no es solo tecnológica, es emocional.”

Los expertos coinciden: los padres millennials tienen mayor acceso a información sobre crianza, pero también enfrentan más presión por hacerlo “todo bien”. La sobreinformación, el multitasking y la búsqueda de validación en redes pueden generar ansiedad y culpa parental.

“Muchos padres de esta generación fueron criados con castigos físicos o silencios prolongados. Hoy intentan romper ese ciclo, pero sin referentes claros”, explica la psicóloga familiar Laura Ruiz. “La clave está en la conexión emocional, no en el control absoluto.”

Además, el contexto laboral y económico añade complejidad: con jornadas extensas, empleos precarios y poca conciliación familiar, dedicar tiempo de calidad se vuelve un lujo. Aun así, los padres millennials apuestan por una crianza más consciente, donde el diálogo, la empatía y el acompañamiento emocional son pilares.

¿Y qué pasa con los límites? Lejos de ser enemigos de la libertad, los límites bien establecidos son vistos como actos de amor. “No es no porque lo digo yo, sino porque te cuido”, resume Jorge, padre de una joven de 14 años.

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