
Otro efecto preocupante es la hiperconectividad emocional, donde los usuarios sienten que deben estar siempre disponibles o al tanto de lo que ocurre, lo cual eleva los niveles de estrés y dificulta la desconexión mental.
Redacción Más Sana
La revolución digital ha transformado la forma en que nos conectamos, informamos y entretenemos. Sin embargo, este acceso constante a las redes sociales también ha traído consigo un fenómeno silencioso: el deterioro de la salud mental. Ansiedad, baja autoestima y estrés son algunos de los efectos que los expertos están observando cada vez con mayor frecuencia, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes.
El lado oscuro del scroll infinito
Pasar horas en plataformas como Instagram, TikTok o X (antes Twitter) puede parecer inofensivo. No obstante, estudios recientes señalan que el uso excesivo de redes sociales se relaciona con niveles más altos de ansiedad, depresión y trastornos del sueño.
“Muchas personas comparan su vida real con la versión editada y filtrada de la vida de otros”, explica la psicóloga clínica Laura Sánchez. “Esto genera una percepción distorsionada que impacta directamente en la autoestima y en el sentido de satisfacción personal”.
Además, las notificaciones constantes, el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés) y la presión por recibir aprobación digital en forma de “me gusta” o comentarios, pueden generar una dependencia emocional, activando mecanismos similares a los de una adicción.
Entre likes y ansiedad
Un informe publicado por la Asociación de Psiquiatría Digital reveló que el 63% de los jóvenes entre 18 y 24 años experimentan sentimientos de insuficiencia tras usar redes sociales. “Las redes crean una ilusión de cercanía, pero muchas veces alimentan el aislamiento”, indica Sánchez.
Otro efecto preocupante es la hiperconectividad emocional, donde los usuarios sienten que deben estar siempre disponibles o al tanto de lo que ocurre, lo cual eleva los niveles de estrés y dificulta la desconexión mental.
¿Cómo lograr un consumo consciente?
Pese a estos efectos, no se trata de satanizar el uso de las redes, sino de moderar su consumo y replantear la forma en que interactuamos con ellas. Aquí algunas recomendaciones de los especialistas:
- Establece límites de tiempo: Usa herramientas para controlar cuántos minutos al día pasas en cada app.
- Desactiva notificaciones no esenciales: Así evitarás interrupciones constantes que afectan tu concentración.
- Sigue cuentas que aporten valor: Elige contenido que te inspire, eduque o entretenga sanamente.
- Practica el «detox digital»: Tomarte días o semanas alejados de las redes puede ayudarte a reconectar contigo mismo y con el mundo real.
- Busca apoyo profesional: Si notas que el uso de redes afecta tu bienestar emocional, es importante acudir con un psicólogo.
Un equilibrio necesario
En la era digital, aprender a navegar el mundo virtual sin descuidar el real es una nueva habilidad para la salud mental. Con conciencia y autocuidado, es posible disfrutar de los beneficios de las redes sociales sin sacrificar el bienestar emocional.
Porque al final del día, ningún like vale más que tu tranquilidad.
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