Durante el verano es recomendable reducir el consumo de azúcares refinados, alcohol y alimentos ultraprocesados, ya que favorecen la inflamación, la deshidratación y el envejecimiento cutáneo.

Redacción Más Sana

Con la llegada del verano, los días soleados y las altas temperaturas invitan a disfrutar del aire libre, pero también suponen un desafío para la piel. La exposición prolongada al sol, el calor y la deshidratación pueden afectar su salud, provocando sequedad, manchas, enrojecimiento y envejecimiento prematuro. En este contexto, una alimentación equilibrada y rica en nutrientes se convierte en una aliada clave para mantener una piel sana y luminosa.

Comer bien es cuidar la piel desde adentro

La piel es el órgano más grande del cuerpo y refleja en gran medida lo que sucede internamente. Los alimentos que consumimos influyen directamente en su estructura, elasticidad y capacidad de defensa frente a agresiones externas como los rayos UV. Por ello, durante el verano es importante priorizar una dieta que aporte antioxidantes, vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.

Alimentos aliados de la piel en verano

1. Frutas ricas en vitamina C: Naranjas, fresas, kiwi, guayaba y piña son excelentes fuentes de vitamina C, esencial para la producción de colágeno, proteína que da firmeza y elasticidad a la piel. Además, actúan como antioxidantes que ayudan a prevenir el daño solar.

2. Verduras de hoja verde: Espinacas, acelgas y kale son ricas en vitamina E, que protege las células de la piel del daño oxidativo. También contienen clorofila, que favorece la desintoxicación del organismo.

3. Tomates: Contienen licopeno, un antioxidante que ayuda a proteger la piel de los efectos nocivos del sol. Se potencia su absorción si se consume cocido y acompañado de grasa saludable, como el aceite de oliva.

4. Zanahorias y mangos: Por su alto contenido de betacarotenos, promueven una piel más resistente al sol y un tono más uniforme. También ayudan a la regeneración celular.

5. Pescados grasos: Salmón, sardinas y atún son ricos en ácidos grasos omega-3, que reducen la inflamación, mejoran la hidratación y mantienen la barrera protectora de la piel.

6. Semillas y frutos secos: Almendras, nueces, semillas de chía y girasol aportan vitamina E, zinc y selenio, nutrientes que combaten el estrés oxidativo y favorecen la cicatrización.

7. Agua y alimentos hidratantes: Beber suficiente agua es esencial, pero también lo es consumir alimentos con alto contenido hídrico como pepino, sandía, melón y apio, que ayudan a mantener la piel fresca y humectada.

Evita lo que daña

Durante el verano es recomendable reducir el consumo de azúcares refinados, alcohol y alimentos ultraprocesados, ya que favorecen la inflamación, la deshidratación y el envejecimiento cutáneo.

Cuidarse desde el plato

Adoptar una alimentación consciente no solo beneficia la salud general, también es una herramienta poderosa para mantener la piel protegida y radiante en la temporada más exigente del año. Junto con el uso de protector solar y una adecuada hidratación, lo que comes puede ser tu mejor defensa contra los estragos del sol.

¿Quieres una lista descargable de recetas saludables para el verano enfocadas en el cuidado de la piel?