Sin categoría

Alimentación intuitiva: el equilibrio entre nutrición y bienestar emocional

Un enfoque que promueve escuchar al cuerpo y reconciliarse con la comida, sin culpas ni restricciones extremas.

Redacción Más Sana

Por años, las dietas estrictas y la cultura de la delgadez han impuesto reglas rígidas sobre lo que se debe —o no— comer. Pero cada vez más expertos en nutrición y salud mental promueven una alternativa más amable, flexible y sostenible: la alimentación intuitiva.

Este enfoque, desarrollado por las nutricionistas estadounidenses Evelyn Tribole y Elyse Resch en los años 90, propone reconectar con las señales naturales del cuerpo —hambre, saciedad, placer y energía— para tomar decisiones alimentarias sin culpas, restricciones ni conteos calóricos obsesivos.

¿En qué consiste la alimentación intuitiva?

La alimentación intuitiva no es una dieta ni tiene reglas estrictas. Más bien, es un estilo de vida que combina la nutrición con el respeto al cuerpo y la salud emocional. “Es aprender a distinguir entre el hambre física y el hambre emocional, y a responder con compasión, no con culpa”, explica la nutrióloga clínica Laura García.

Esta práctica se basa en 10 principios, entre los que destacan: rechazar la mentalidad de dieta, honrar el hambre, hacer las paces con la comida, respetar la saciedad, y cuidar la salud desde el autocuidado, no desde la restricción.

El impacto emocional de la comida

Estudios recientes han demostrado que las dietas restrictivas pueden generar ansiedad, frustración y desórdenes alimentarios. “Cuando dejamos de prohibirnos alimentos y empezamos a confiar en nuestro cuerpo, la comida pierde poder sobre nosotros”, afirma la psicóloga en conducta alimentaria, Andrea Roldán.

El objetivo es restaurar una relación de paz con la alimentación, en la que ningún alimento se clasifique como “bueno” o “malo”, y donde el placer también es parte del bienestar.

¿Cómo empezar?

Implementar la alimentación intuitiva implica desaprender años de condicionamientos sociales y dietas. Algunos pasos clave son:

  • Escucha a tu cuerpo: aprende a reconocer las señales reales de hambre y saciedad.
  • Come con atención plena: disfruta el momento, saborea los alimentos y evita distracciones como el celular o la televisión.
  • Cuida tus emociones: identifica si comes por ansiedad, aburrimiento o tristeza. En esos casos, busca alternativas saludables de autorregulación emocional.
  • Sé amable contigo: la alimentación no es perfecta ni lineal. Permitirse el error es parte del proceso.
  • Confía en tu cuerpo: cada organismo sabe lo que necesita y busca naturalmente el equilibrio.

Más allá del peso

La alimentación intuitiva pone el foco en la salud integral, no en el número en la báscula. “La delgadez no es sinónimo de bienestar, así como el sobrepeso no necesariamente significa enfermedad. Escuchar al cuerpo es más valioso que seguir reglas ajenas”, concluye la nutrióloga Laura García.

Conectar con la comida desde la intuición es un acto de libertad y autocuidado. Una forma de reconciliarse con el cuerpo y recuperar la confianza, lejos de las presiones externas y cerca del bienestar real.

Categorías:Sin categoría

Etiquetado como:,

Deja un comentario