El cónclave para elegir al próximo Papa comenzará entre 15 y 20 días después de la muerte de Francisco.

Redacción Más Sana

El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano y miembro de la Compañía de Jesús, falleció recientemente, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia católica. Su pontificado se distinguió por promover la sencillez, la justicia social y el diálogo interreligioso. Con su deceso, se activaron los protocolos tradicionales del Vaticano: el Cardenal Camarlengo, Kevin Farrell, confirmó oficialmente su muerte, selló sus aposentos y destruyó el Anillo del Pescador, actos que simbolizan el fin de su mandato pastoral.

Apegado a su espíritu humilde, Francisco pidió ser velado sin una plataforma elevada y con vestimentas rojas litúrgicas. Su cuerpo fue colocado en un ataúd de madera con interior de zinc y expuesto en la Basílica de San Pedro para la veneración pública. Su entierro no será en la tumba de los Papas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, donde se venera a la Virgen Salus Populi Romani, a quien tenía gran devoción. Esta decisión rompe con siglos de tradición papal.

El Vaticano ha iniciado el periodo de sede vacante, durante el cual el Colegio de Cardenales asume la administración ordinaria de la Iglesia, sin tomar decisiones trascendentales. Mientras tanto, se celebran misas y ceremonias durante nueve días —conocidos como los Novendiales— en honor al Papa fallecido. El funeral se celebrará en la Plaza de San Pedro entre el cuarto y sexto día tras su fallecimiento, con la presencia de líderes mundiales, como el presidente de Argentina, Javier Milei.

El cónclave para elegir al próximo Papa comenzará entre 15 y 20 días después de la muerte de Francisco. En la Capilla Sixtina, hasta 137 cardenales menores de 80 años se reunirán bajo estrictas medidas de aislamiento para garantizar la confidencialidad del proceso. Votarán en rondas secretas, y el resultado será anunciado al mundo con humo blanco, seguido del tradicional “Habemus Papam” desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

Entre los posibles sucesores destacan nombres como Pietro Parolin (Italia), Luis Antonio Tagle (Filipinas) y Matteo Zuppi (Italia), quienes representan distintas corrientes dentro del catolicismo. La elección del nuevo Papa definirá el rumbo que tomará la Iglesia, ya sea hacia una continuidad progresista como la impulsada por Francisco, o un regreso a posturas más conservadoras.