Debido a la contingencia sanitaria que actualmente vivimos, hemos tenido que implementar a nuestra cotidianidad el uso de equipo de protección personal (EPP) como caretas, lentes, guantes y toda clase de cubrebocas, entre otros.
Ante esta necesidad ha surgido una problemática ambiental, el consumo y uso de estos insumos derivados de petroquímicos, que no son biodegradables, han ocacionado que la contaminación en mares y océanos se incremente.
No obstante, ante esta situación y en pro de la ecología se han desarrollado alternativas para cubrebocas tradicionales, hechos con materiales sostenibles y benignos con el medio ambiente, eficaces para reducir la transmisión de enfermedades infecciosas.
EcoMask3D
Ilan Staropolsky e Itzia Guzman a través de la empresa mexicana Digital Creation Lab diseñaron un cubrebocas que genera un impacto mínimo en el medio ambiente a base de un bioplástico derivado de la fécula de maíz, reutilizable, el cual fue impreso en 3D.
Cabe mencionar que, para el diseño de EcoMask3Del el grupo se asesoró con doctores para que este fuera un producto funcional que realmente protegiera a la gente a parte de un diseño cómodo y estético.

Cubrebocas de abacá
Bajo este enfoque ambientalista, surgió en Filipinas una alternativa hecha con fibra de abacá, una planta que crece en dicho país, y que podría suplir a los cubrebocas que actualmente conocemos.
Esta fibra proviene de una planta de la familia del plátano. Es nativa de Asia, es muy dura, pero a la vez elástica, y resistente, lustrosa y de color claro. Se emplea, sobre todo, en textiles para fabricar papel; pero, ahora buscando una alternativa a los cubrebocas convencionales, un estudio demostró que este material puede ser utilizado para crear mascarillas tan funcionales como las N95.

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