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Redacción Más Sana
Las caídas constituyen uno de los síndromes geriátricos con mayor incidencia y elevada morbilidad, por tanto, es considerado un problema de salud pública importante que afecta la calidad de vida de adultos mayores.
La Organización Mundial de la Salud define las caídas como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipite una persona al suelo en contra de su voluntad, puede ser referida por el paciente o por un testigo.
Para diagnosticar el Síndrome de Caídas en el adulto mayor deben de cumplirse las siguientes características; dos o más caídas en los últimos 12 meses, o bien, 1 caída que haya requerido hospitalización o causado alguna secuela.
¿Cuáles son sus causas?
Consumo de 3 o más fármacos (polifarmacia), alteraciones visuales o auditivas, pluripatología, fragilidad, demencia (duplica el riesgo de sufrir alguna caída) y incontinencia urinaria; Iluminación inadecuada, duchas o bañeras resbaladizas sin barras, escaleras en mal estado y/o sin barandal, obstáculos en el suelo (cables, tapetes, etc.), suelos irregulares, uso de calzado inadecuado y cambios de residencia.
Las consecuencias suelen ser inmediatas y consisten en hospitalización, lesiones menores en partes blandas y fracturas. Traumatismo craneoencefálico, EVC y Síndrome de caída prolongada (10% de los pacientes permanecen más de una hora en el suelo, por lo que puede provocar; hipotermia, deshidratación y de estos un 90% muere).
La gravedad a corto plazo de la caída puede deberse también a la patología aguda que provoca la caída y compromete al pronóstico vital.
También pueden darse consecuencias tardías como el síndrome post-caída (miedo a volver a caer), depresión, aislamiento social, limitación y/o dependencia en las actividades de la vida diaria, que puede provocar síndrome de dismovilidad y muerte.
¿Cómo prevenir?
El objetivo principal es prevenir las caídas sin limitar el movimiento, la independencia y por tanto las actividades de la vida diaria, es por ello que se requiere de un trabajo multidisciplinario que cubra las cuatro esferas de la evaluación geriátrica integral; clínicas, funcionales, mentales y sociales.
Médica: es importante que después de una caída, el médico geriatra revise al adulto mayor, para que de esta forma se puedan conocer sus causas y a su vez, se revisen los medicamentos que está tomando y de ser necesario realizar un ajuste o modificaciones.
Fisioterapéutica: es necesario realizar diversas evaluaciones como; equilibrio, coordinación, fuerza y marcha, con el fin de hacer una evaluación funcional y a partir de eso prescribir programas de ejercicios, los cuales deben ser individualizados ya que se deben adaptar a las condiciones y necesidades de cada paciente y de ser necesario la prescripción de alguna ayuda técnica (andador fijo, con ruedas, bastón, entre otros).
Modificaciones ambientales: son aquellas que favorecen el lugar donde desarrolla sus actividades el adulto mayor, por ejemplo: la iluminación debe ser la adecuada, es decir, luz amarilla o aquella que no deslumbre, ya que, de ser así el adulto mayor, puede sufrir alguna caída. De igual manera, es recomendable colocar aditamentos en los baños para que el adulto mayor pueda sujetarse; puede ser a un costado del retrete y otros más a los costados de la regadera, evitar de igual forma los tapetes o cableado expuesto en el suelo.
Es importante no realizar cambios constantes de domicilio, ya que esto favorece las caídas, debido al poco o nulo conocimiento del nuevo terreno donde se va a desenvolver el adulto mayor.
FUENTE: UNAM
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