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Sí, la adicción a los videojuegos es considerada como un trastorno mental. ¿por qué?
Un trastorno mental se caracteriza por la manifestación de síntomas y signos conductuales, emocionales y cognitivos con consecuencias negativas, que generan malestar y discapacidad en un amplio rango de actividades de las personas.
En ese sentido, las personas que presentan adicción a los videojuegos presentan manifestaciones similares a los trastornos de sustancias adictivas.
Actualmente la Clasificación Internacional de Enfermedades editada por la OMS, CIE 11, clasifica a la adicción a los videojuegos en los trastornos debidos al consumo de sustancias o a comportamientos adictivos y los define como:
Son síndromes asociados al malestar o interferencia de las funciones o actividades personales, que se desarrollan como resultado de comportamientos repetitivos en búsqueda de alguna recompensa y de refuerzo que producen dependencia y que no implican el uso de una sustancia. Incluyen los trastornos por juego de apuestas y trastornos por uso de videojuegos lo que implica comportamientos en línea y fuera de línea.
¿Cómo podemos identificar si lo padecemos?
De acuerdo a la CIE 11: El trastorno por uso de videojuegos predominantemente en línea y fuera de línea se caracterizado por:
Un patrón de comportamiento de juego («juegos digitales» o «videojuegos») persistente o recurrente que se realiza principalmente por Internet y se manifiesta por:
• Deterioro en el control sobre el juego (por ejemplo, inicio, frecuencia, intensidad, duración, terminación, contexto);
• Incremento en la prioridad dada al juego al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria
• Continuación o incremento del juego a pesar de que tenga consecuencias negativas.
El patrón de comportamiento es lo suficientemente grave como para dar lugar a un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento.
El patrón de comportamiento puede ser continuo o episódico y recurrente, y generalmente es evidente durante un período de al menos 12 meses para que se asigne el diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.
¿Existe algún tratamiento?
Se ha propuesto en el nivel de atención y prevención antes de la presentación de las manifestaciones clínicas y cuando se presenta este trastorno en su fase inicial o de acuerdo al nivel de severidad.
Prevención primaria.- Protección específica a población en una población específica niños y adolescentes:
En niños menores de dos años no se recomienda el uso de pantallas o dispositivos. En niños preescolares pueden introducirse el uso de pantallas siempre y cuando el cuidador interactúe con el niño y el tiempo debe ser menor de una hora. En niños de edad escolar se sugiere limitar el tiempo del uso y el objetivo ya sea para fines recreativos, como herramienta de aprendizaje, en la vida diaria, etc.
Es importante informar y sensibilizar a esta edad sobre temas de seguridad al brindar información y datos personales, ayudarlos a discriminar los contenidos de la red, etc. En los adolescentes es importante reforzar los temas relacionados a la seguridad, contenidos, forma de interactuar en las redes sociales, ayudarlos
Prevención: secundaria aparecen síntomas y signos de alerta que afectan el nivel de funcionamiento en distintas áreas del niño o adolescente.
Prevención terciaria: Rehabilitación y/o integración propuesta de intervención multimodal de tratamiento farmacológico y psicológico (Terapia Cognitivo Conductual) Guías Clínicas Instituto Nacional de Psiquiatría.
FUENTE: UNAM
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