El bien y el mal confluyen desde siempre y lo seguirán haciendo hasta el final de los días de la humanidad. ¡Tienes derecho a escoger de qué lado te pondrás!
LAURA GABRIELA FABRE / Psicoterapeuta y Consteladora Familiar
¿Nutrirse de la realidad? ¿En serio? ¿Acaso no la realidad es algo muy horrible de lo que todos queremos huir? Muy probablemente así sea… aunque podríamos simplemente tomar la realidad tal y como es… ¡siempre sana!
Hoy más que nunca tenemos posturas muy polares en la vida, y criticamos y hasta satanizamos todo aquello con lo que no estamos de acuerdo, porque es perverso o moralmente inaceptable: crímenes, robos, corrupción y un país vituperado, golpeado, irrespetado y cada vez más devaluado en todos los sentidos. Entonces nos dedicamos a propagar memes por todas las redes sociales en los que se critica de manera exacerbada todo lo que nos fastidia, sin darnos cuenta de que cada vez nos colocamos más en una postura de rechazo.
Pero lo que no sabemos es que cada vez que rechazamos algo que forma parte de la vida, en vez de terminar con eso sólo le damos una mayor fuerza. Tenemos derecho a no estar de acuerdo, pero cada vez que algo no es visto en forma de honra toma más pujanza. Pienso en las películas de Disney y sus finales tan felices como improbables, y me pregunto: ¿qué beneficio nos trae el querer vivir (o más bien aparentar) una vida Disney?
Tras el terremoto del 19 de septiembre escuché a muchas madres decirles a sus hijos pequeños cosas tan insensatas como que “la Tierra había bailado”, y me pregunté. ¿para qué engañar a un niño? ¡Sólo lo volveremos, además de inculto, muy vulnerable! Claro que hay formas para hablarle de la vida, pero la realidad es la realidad.
¿Por qué hay que tomar la realidad como es? Todas las personas tenemos el mismo valor para la vida, y atrás de cada una hay una historia, un sistema y un destino. Cada quién hace siempre lo mejor que puede con lo que tiene, y hay destinos muy duros y tristes, otros muy peligrosos y arriesgados, pero todos estamos cumpliendo con una parte de la vida. En esto radica todo: en elegir desde un estado adulto, asumiendo un compromiso y una consciencia de todo cuanto nos rodea.
Somos lo que hay, el bien y el mal confluyen desde siempre y lo seguirán haciendo hasta el final de los días de la humanidad. ¡Tienes todo el derecho de escoger de qué lado te pondrás! Esa es tu elección, pero no por estar del lado del bien o de lo correcto serás mejor que los demás.
Necesitamos de más conmiseración para alcanzar la paz. Te invito a nutrirte de la realidad tal y como es, de la vida con todo lo que implica. No se trata de ser indiferente, sino de asentir, aceptar y agradecer el hecho de que todos pertenecemos. La realidad es perfecta y equilibrada tal y como está, y tu elección debe aportar nuevas resonancias, no críticas y posturas polares innecesarias.
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