Sin categoría

El impacto emocional del diagnóstico: el viaje psicológico detrás del cáncer de mama

El cáncer de mama, desde esta perspectiva, no solo se combate con quimioterapia y cirugías, sino también con palabras, contención y empatía.

Redacción Más Sana

Recibir un diagnóstico de cáncer de mama es un golpe que no solo afecta al cuerpo, sino que sacude las emociones, las relaciones y la identidad de quien lo enfrenta. Más allá de los tratamientos médicos, la lucha contra esta enfermedad implica un proceso psicológico profundo que redefine la vida cotidiana, el sentido de sí misma y la manera de relacionarse con el entorno.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Psicooncología, hasta el 70% de las mujeres diagnosticadas experimentan síntomas de ansiedad o depresión durante las primeras semanas posteriores al diagnóstico. El miedo a la muerte, la incertidumbre del tratamiento y los cambios físicos —como la pérdida del cabello o de un seno— generan un fuerte impacto en la autoestima y en la percepción de feminidad.

La mujer no solo enfrenta la enfermedad, sino también la ruptura de sus rutinas, de sus proyectos y de su rol dentro de la familia o el trabajo. “Se confronta con su vulnerabilidad y con la idea de finitud, lo que puede provocar enojo, negación o un sentimiento de injusticia”.

El acompañamiento psicológico, sin embargo, puede transformar ese miedo en una herramienta de resiliencia. Las terapias individuales o grupales ayudan a procesar la pérdida, reorganizar las emociones y construir una narrativa de esperanza, en la que el cáncer deja de ser sinónimo de muerte y se convierte en un desafío que puede afrontarse.

Las emociones también influyen en el proceso médico. Estudios del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) muestran que las pacientes con apoyo emocional estable toleran mejor los tratamientos y presentan mejores tasas de recuperación. De ahí la importancia de integrar la salud mental como parte del tratamiento oncológico.

El cáncer de mama, desde esta perspectiva, no solo se combate con quimioterapia y cirugías, sino también con palabras, contención y empatía. Enfrentarlo emocionalmente es un acto de valentía que redefine lo que significa estar viva.

La salud mental, concluyen especialistas, es tan vital como la física en este camino: aprender a pedir ayuda, permitirse sentir y reconstruirse después del miedo es, en muchos casos, el tratamiento más humano y necesario.

Categorías:Sin categoría

Deja un comentario