
La columna de Martha Corona Espinoza
No solamente el 30 de abril debemos voltear a ver a los niños, todos los días tenemos la oportunidad de promover, respetar, garantizar y proteger sus derechos, pero como protegerlos si no se conocen?
La Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. se pronuncia a favor de los derechos de los infantes con discapacidad en los siguientes artículos.
Artículo 7 – Niños y niñas con discapacidad
1.- Los Estados Partes tomarán todas las medidas necesarias para asegurar que todos los niños y las niñas con discapacidad gocen plenamente de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en igualdad de condiciones con los demás niños y niñas.
2.- En todas las actividades relacionadas con los niños y las niñas con discapacidad, una consideración primordial será la protección del interés superior del niño.
Artículo 24 – Educación
2.- Al hacer efectivo este derecho, los Estados Partes asegurarán que:
a) Los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad.
3.- c) Asegurar que la educación de las personas, y en particular los niñas y las niños ciegos, sordos o sordociegos se imparta en los lenguajes y los modos y medios de comunicación más apropiados para cada persona y en entornos que permitan alcanzar su máximo desarrollo académico y social.
Artículo 30.- Participación en la vida cultural, las actividades recreativas, el esparcimiento y el deporte.
a) Asegurar que los niños y las niñas con discapacidad tengan igual acceso con los demás niños y niñas a la participación en actividades lúdicas, recreativas, de esparcimiento y deportivas, incluidas las que se realicen dentro del sistema escolar.
Y por supuesto están incluídos en los derechos de todos los niños y las niñas plasmados en nuestra Constitución: derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo, a la identidad, a vivir en familia, a la igualdad sustantiva, a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral, a no ser discriminados.
Sin excepción todas las niñas y los niños tienen derecho a una vida digna, feliz y libre de violencias.
La suma de voluntades en los distintos niveles de Gobierno y de nosotros como sociedad, permitirá que tengamos infancias sanas, jóvenes exitosos y adultos fuertes y productivos.
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