La columna de Martha Corona

Nada que celebrar, en pleno siglo XXI la discriminación en este notable sector de la población lejos de disminuir se ha acrecentado en todos los ámbitos: educación, empleos, salud y por supuesto transporte

La Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, México fue el primer promotor de la Convención y su Protocolo Facultativo, es el primer tratado internacional que reconoce a las personas con discapacidad como iguales ante los demás en materia de derechos y compromete a los Estados a velar por su cumplimiento, a pesar de que México fuel promotor El Comité de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ha hecho recomendaciones a nuestro país en materia de inclusión.

El Comité recomienda que el Estado parte asigne recursos suficientes para aplicar la Convención de forma efectiva en todos los niveles de gobierno.

El Comité recomienda que el Estado parte abandone el modelo asistencialista y médico de la discapacidad y lo sustituya por el modelo basado en los derechos humanos.

El Comité observó que las mujeres con discapacidad, particularmente aquellas que viven en comunidades indígenas y que se encuentran bajo tutela o en instituciones, tienen acceso limitado a la justicia en casos de violencia basada en género. Hizo un llamado a México para que brinde asistencia legal, asesoramiento y asistencia personal a las mujeres con discapacidad cuando necesiten presentar denuncias. También instó al Estado parte a erradicar los estereotipos basados en el género y la discapacidad en el sistema de justicia y garantizar que todos los procesos y juicios se lleven a cabo teniendo en cuenta el género y la discapacidad.

Hacemos un atento llamado para que se atiendan estas recomendaciones y actúen en congruencia porque en el último Presupuesto de Egresos de la Federación no aprobaron ninguna propuesta que favorecía al sector de personas con discapacidad, el modelo asistencialista va en retroceso de la inclusión tenemos derecho a los proyectos productivos y sobre todo a empleos dignos y bien remunerados.

La discapacidad no limita mi capacidad

Martha Corona Espinosa