El amor no hiere ni causa daño. Más bien, busca el bienestar, tanto propio como ajeno. Es una fuerza que cuida, protege y promueve la felicidad.

Redacción Más Sana

El amor, un sentimiento noble y profundo arraigado en la esencia humana, a menudo se ve distorsionado en la sociedad consumista actual. En esta época, algunas personas pueden percibir el amor como costoso, especialmente cuando han enfrentado desilusiones sentimentales. No obstante, el amor es mucho más que un acto de consumo emocional.

La cultura actual ha promovido frases como «tú puedes lograrlo todo», «eres el centro del universo», o «tienes el derecho de poseer, hacer, etc.» Esto ha generado una perspectiva egocéntrica que ha desviado al amor de su verdadero significado. En realidad, el amor requiere mirar más allá de uno mismo.

Para que el amor florezca, es esencial comenzar por tener una sólida autoestima. Sin embargo, el amor auténtico no se trata de enfocarse únicamente en uno mismo.

El amor auténtico se manifiesta cuando se dirige hacia los demás. En otras palabras, el amor no puede existir en un vacío; necesita un «tú» junto al «yo» para ser completo. Es imposible experimentar amor sin considerar a los demás.

No obstante, es importante reconocer que no se puede dar lo que uno no tiene.

Si no existe amor propio, el amor dirigido hacia otros carece de su autenticidad y puede desencadenar relaciones tóxicas. Esto se aplica no solo a las relaciones de pareja, sino también a todas las interacciones que tenemos con quienes nos rodean.

El amor es sinónimo de respeto y, en la medida en que aprendemos a respetarnos a nosotros mismos, también somos capaces de respetar a los demás.

El amor no hiere ni causa daño. Más bien, busca el bienestar, tanto propio como ajeno. Es una fuerza que cuida, protege y promueve la felicidad.

En su esencia, el amor es la dicha que experimentamos al compartir nuestro ser con otros y al poner nuestro corazón en todo lo que hacemos.

Es fundamental entender que ninguna persona llega a este mundo sin la capacidad innata de amar. Todos tenemos la habilidad de sentir y expresar amor, y es esta capacidad lo que nos hace verdaderamente humanos.

El amor genuino trasciende las apariencias superficiales y se arraiga en la conexión y la compasión que compartimos con aquellos que nos rodean.

En este mundo impulsado por el ego y el consumismo, recordemos el verdadero significado del amor: un sentimiento que nos enriquece cuando lo compartimos con los demás.