
Las personas con insomnio a menudo se sienten insatisfechas con su sueño y pueden experimentar dificultades para funcionar durante el día debido a la falta de descanso adecuado.
Redacción Más Sana | Foto de Alexandra Gorn en Unsplash
Después del día a día, nada como llegar a casa, ponernos cómodos e ir a dormir; pero, ¿qué pasa cuando por más que lo intentemos no conseguimos «caer en brazos de morfeo»? Eso se llama insomnio.
Se trata de un trastorno del sueño común en el cual una persona tiene dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormida o experimenta un sueño de mala calidad.
Las personas con insomnio a menudo se sienten insatisfechas con su sueño y pueden experimentar dificultades para funcionar durante el día debido a la falta de descanso adecuado.
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Puede manifestarse de diferentes formas. Algunas personas tienen dificultad para quedarse dormidas cuando se acuestan en la cama por la noche, mientras que otras pueden despertarse varias veces durante la noche y tener dificultad para volver a dormir. También puede haber casos en los que una persona se despierte temprano en la mañana sin poder volver a conciliar el sueño.
Las causas del insomnio pueden ser variadas e incluyen factores como el estrés, la ansiedad, la depresión, los trastornos médicos, el consumo excesivo de cafeína o alcohol, los cambios en los horarios de sueño, los viajes frecuentes a través de diferentes zonas horarias (jet lag) y el uso de ciertos medicamentos.
¿QUÉ HACER PARA PODER DORMIR?
La respuesta es obvia: acudir con un profesional. En este caso, por lo general se debe acudir a otorrinolaringólogos, neurólogos y hasta neumólogos.
Pese a esto, siempre es bueno comenzar con lo más simple, y estos cinco consejos pueden serte de utilidad.
- Mantén una rutina regular de sueño: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj interno y establecer un patrón de sueño saludable.
- Crea un ambiente propicio para el sueño: Asegúrate de que tu dormitorio sea un lugar tranquilo, oscuro y fresco. Reduce al mínimo los ruidos y la luz exterior que puedan perturbar tu sueño. Considera el uso de cortinas opacas, tapones para los oídos o una máquina de ruido blanco para bloquear sonidos no deseados.
- Evita el consumo de estimulantes antes de acostarte: Limita o evita el consumo de cafeína (presente en el café, el té, los refrescos y el chocolate) y de nicotina, especialmente en las horas previas a ir a la cama. Estas sustancias pueden interferir con tu capacidad para conciliar el sueño.
- Establece una rutina de relajación antes de dormir: Dedica al menos 30 minutos antes de acostarte a actividades relajantes, como leer un libro, tomar un baño caliente o practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda. Evita actividades estimulantes como mirar pantallas brillantes (teléfonos, tabletas, televisores) justo antes de dormir.
- Haz ejercicio regularmente, pero evítalo antes de acostarte: El ejercicio regular puede ayudarte a mejorar la calidad del sueño, pero evita realizar actividades físicas intensas justo antes de acostarte, ya que puede aumentar la energía y dificultar el sueño. Intenta hacer ejercicio al menos unas horas antes de ir a la cama.
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